He pensado quitarme la vida


Rafael Aristy, Cantinflas Barahonero
Es muy difícil asimilar las razones que un ser humano diga  para quitarse la vida, y esas razones las escuche en la tarde de hoy jueves día 8 de agosto, a las 2:45 de la tarde de boca del Cantinflas barahonero.

Américo Herasme Medina


Se nos fue para siempre el profesor Américo Herasme Medina, un conspicuo forjador de generaciones.
La puerta del cielo se abrió y los ángeles colocaron una alfombra de lino para  recibir a uno de los hijos meritorios del Dios-Creador del universo.

Inauguran Exposición fotografica50 año de gobierno de Bosch

BARAHONA.- Con la presencia del doctor Franklin Almeida Rancier, miembro del comité político del PLD y  presidente de la comisión de festejos, se dejo inaugurada una amplia exposición fotográfica del profesor Juan Bosch.

Reparación de locomotora vieja, del ingenio Barahona ?buena acción o distracción de fondos ¿



POR ALEJANDRO SANTANA

VIEJA LOCOMOTORA


Donde inscribiremos la acción de reparar, una vieja locomotora que durante  décadas usó el Ingenio Barahona para el transporte de caña desde los campos de cultivos a la factoría de esa empresa.

Podría ser en el interés de hacer cosas por una comunidad y eso estaría muy bien, pero si tomamos en cuenta que en toda esta región existen problemas mayores que necesitan atención, que hay lugares donde las escuelitas no tienen pupitres.

Que en algunas calles céntricas de la ciudad, así como en algunos de sus barrios exciten postes del tendido eléctrico en peligro de caerle encima a transeúntes, que exciten canchas barriales que necesitan acondicionamientos que hay cientos de problemas donde seria mas honesto invertir recursos.

Remorcador reparado por 2 millones de pesos por laDGDC


Entonces la “buena acción”, de reparar esa locomotora, se inscribiría en el afán del dispendio de los recursos del pueblo en cosas que no son de la incumbencia de la entidad que pretende hacerlo.

Nuestra posición viene expresada partiendo de la noticia que da a conocer la DGDC  de que reparará una vieja locomotora que durante décadas uso nuestro ingenio para transportar su caña desde los campos de cultivos a su factoría.

Y no es que pudiera ser importante o no, nuestra posición parte de la experiencia de la reparación de nuestro remolcador, El Tanac una joya histórica que nos llegó a la ciudad en el año de 1938 y que se uso hasta hace pocos años para guiar barcos a nuestro puerto.

Ese viejo remolcador, al  agotar su vida útil fue anclado a orillas de la playa de la casita blanca y esa institución decidió repararlo, soldándole varias planchas de hierro y darle pintura y colocándole luz que lo destaque en las noches.

Aunque no fue lo que se esperaba con esa “reparación”, se hizo, se inauguró hasta con un nutrido Baton Valet de la institución, donde estuvo presente su incúmbete Luis Acosta Moreta ( El Gallo), quien dijo a la prensa que se habían gastado unos dos millones de pesos.

Dos millones de pesos,!exageración!, burla, justificación de recursos gastado caprichosamente, que muchos han criticado en esta ciudad.

Ahora, esa misma institución viene a reparar la vieja locomotora de vapor  que no se sabe porque razón esta colocada  dentro del entorno del parque litoral María Montez , y ahí es donde nace nuestra preocupación.

Que se quiera venir a justificar gasto de recursos, que igual que como el remolcador reparado se quieran hacer aparecer gastos  de varios millones de pesos, como burla a nuestra ingenuidad ; si bien es cierto que necesitamos que se nos hagan las cosas, no quisiéramos por esa misma necesidad que se nos tome como los tontos útiles.

Ya una empresa de comunicación local ha llamado la atención a autoridades y al pueblo para que estén en alerta y no se nos quiera tomar el pelo con supuestos gastos millonarios que no resisten inventarios alguno.

Fantasmas civiles enterrados por la JCE


Escrito por: DEISY TOUSSAINT (deisytoussaint@gmail.com )
Miles de dominicanos de ascendencia haitiana se encuentran hoy en una especie de “limbo”. Justamente donde les ha colocado la Junta Central Electoral (JCE), la misma institución  que les inscribió como ciudadanos cuando llegaron al mundo en este país. “Fantasmas civiles” que yacen entre el polvo de la discriminación y las cenizas del olvido.
¿Cómo comenzó esto? El día 10 de diciembre del 2007, el Pleno de la Junta Central Electoral (JCE) estableció mediante la Resolución 12, el procedimiento para la suspensión temporal de la expedición de actas del estado civil viciadas o instrumentadas de manera irregular.
Esta medida, según establece la JCE, persigue depurar el Registro Civil de las irregularidades presentes en el mismo, debido a errores, omisiones o fraudes en la instrumentación de los actos del Estado Civil. Sin embargo, en la práctica, además de la depuración del Registro Civil, opera como instrumento para desnacionalizar a dominicanos y dominicanas descendientes de haitianos.
Cuestionable o no, esta resolución puede que sea inapelable, sin embargo lo que no es de recibo es que se aplique con efecto retroactivo, ya que entraría en contradicción con la Constitución  de 1966, vigente hasta la reforma del 2010 que reza “son dominicanas todas las personas que nacen en el territorio nacional de la República Dominicana, con dos excepciones únicas, los hijos de diplomáticos cumpliendo misión y los extranjeros en tránsito, este último regulado en el Reglamento de la Ley General de Migración de 1939
La JCE no es la única institución gubernamental que ha sepultado a los dominicanos de ascendencia haitiana, también la Dirección General de Pasaportes (DGP) ha contribuido con ello, colocando una pesada losa en la “tumba” de estos “muertos civiles”.
Existen algunos casos en que la JCE termina cediendo el acta al ciudadano pero al momento de llegar a la DGP a solicitar su pasaporte, comienzan las caras de escepticismo de los funcionarios ante sus apellidos afrancesados, entonces los remiten directamente al Departamento Legal, donde retienen sus documentos alegando que son hijos de haitianos.
Rápidamente el desconcertado solicitante se ve inmerso en una vorágine de actas, solicitudes, despachos, esperas, departamentos, postergaciones, comparecencias y aplazamientos que terminarán minando su esperanza y, en muchas ocasiones, las posibilidades de seguir invirtiendo tiempo y recursos económicos en interminables trámites.

Una de las manifestaciones que se ha hecho en demanda de nacionalidad.
Esta situación ha colocado por tercera vez a la República Dominicana en “el banquillo” de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) donde la JCE, más aún, el Estado Dominicano es cuestionado por violar el artículo 110 de la nueva Constitución,  que dice: “La ley sólo dispone y se aplica para lo porvenir. No tiene efecto retroactivo sino cuando sea favorable al que esté sub júdice o cumpliendo condena.
En ningún caso los poderes públicos o la ley podrán afectar o alterar la seguridad jurídica derivada de situaciones establecidas conforme a una legislación anterior”. Parece evidente que  la JCE y la DGP atentan contra esta medida.
Algunos casos. El Centro Bonó y el movimiento Reconoci.do produjeron una serie de vídeos llamados "Vidas Suspendidas" en el que se muestran testimonios de personas afectadas por la política de desnacionalización del Estado dominicano.
Éstos son algunos de los casos:
Alfredo Ogisten: dominicano, nacido y declarado en San José de los Llanos, en una zona pródiga en Bateys al Este del país, donde terminó el bachillerato. Luego estudió un técnico en educación e inglés en San Pedro de Macorís.
En el año 2009, Alfredo aplicó a un puesto de trabajo en una empresa de cruceros y  fue aceptado por su formación. Requería sacar su pasaporte para poder salir del país, pero al momento de ir a la JCE a buscar  una copia de su acta de nacimiento, ésta le fue negada.  Alfredo no pudo sacar su pasaporte y perdió el empleo.
En febrero del 2011, el tribunal de primera instancia de San Pedro de Macorís falló a favor de Alfredo y ordenó a la JCE entregar la copia de su acta. Una vez obtenida, el obstinado solicitante  depositó todos los documentos requeridos  en la DGP, para enfrentarse de nuevo con la negativa del principio.
Elena Lorac: Es una joven de 23 años de edad, nacida y declarada en Sabana Grande de Boyá, provincia Monte Plata.
Cursó el bachillerato y quiso  iniciar estudios universitarios, pero al momento de sacar la copia de su  acta de nacimiento, le fue negada con la justificación  de que sus padres son de origen haitiano.
Cansados de tanto abuso por parte del Estado, las personas afectadas se organizaron para exigir la restitución de sus derechos.
Lo que en el año 2011 Reconoci.do comenzó como una campaña de sensibilización por un registro libre de discriminación y finalmente se ha convertido en un firme  movimiento donde afirman no descansarán hasta que el Estado dominicano garantice: La restitución de los derechos civiles de las personas afectadas, empezando por la entrega inmediata de la documentación retenida en las oficialías del Registro Civil de la JCE, pasaportes en la DGP y el reconocimiento público por parte de la JCE de los perjuicios que esta política desconsiderada les ha causado.
Hay que rendirse a la evidencia, el progreso en nuestro país es imparable, y desde luego irrenunciable. Éstos ya no son tiempos de racismos, homofobias, machismos u otras conductas rancias, mojigatas  y anticuadas.
El pensamiento plural, la tolerancia, el respeto y la solidaridad, son los valores que deberán imperar en adelante si pretendemos vivir y convivir en consonancia con los tiempos.

Haití, Haití, Haití ¿Qué nos pasó con Duarte?


Por JACINTO GIMBERNARD PELLERANO
Yo me pregunto: ¿Y la dignidad dónde se fue? ¿Dónde demonios se enterró silenciosamente, sin cirios ni lloros, sin lutos ni lágrimas, en medio de una apatía patriótica y un olvido de heroísmos? ¿Dónde?
 Los empeños de Duarte ¿perecieron atragantados de indecentes intereses mercantiles, en los cuales solo interesa ganar mucho, aunque sea necesario mostrarse y ser sumisos, doblegarse ante un país absurdo que, tras su independencia del poder francés tuvo sus emperadores y su corte nobiliaria con duques, condes y demás rezagos de lo que no pasó con la Revolución Francesa, mientras ofrecían libertad, igualdad y confraternidad, y la verdad estaba en la filosa hoja de “la máquina”, como llama Alejo Carpentier al aparato de cortar cabezas creado por el Dr. Guillotín para abreviar el sufrimiento de los condenados a muerte, mediante un golpe eficaz que evitase la torpeza de los verdugos.
Hay que tener presente que mientras los patriotas dominicanos, sin otras habilidades que la de usar el machete para sus labores campesinas, luchaban contra tropas bien armadas, entrenadas, uniformadas al estilo francés, los nuestros estaban descalzos, desarrapados, hambrientos, sin un uniforme que los identificara y sin más rango directivo que el indiscutible valor de quienes les daban las órdenes.
 ¿Qué nos pasó con Duarte, ejemplo vivo de esfuerzo y patriotismo?
 ¿Es que todo los valores se han resumido a dinero, a los negocios, a si estos sufrientes vecinos aceptan o rechazan comerciar con nosotros, según convenga a un pequeño grupo de empresarios?
 Que tenemos culpa… por supuesto. La enorme mayoría de los empresarios –los que no trabajan verdaderamente, sino maquinan dudosos arreglos inmorales– solo quieren yates y jets, mujeres nuevas de otras razas “superiores” y costumbres sofisticadas.
En la habituación del ventajismo a como dé lugar, no importa el daño que se haga a las multitudes, pero existe una esperanza. Creo que pocas veces, como ahora, altos ejecutivos son expuestos a la justicia y encarcelados o puestos al descubierto.
No estén tan tranquilos los altos mandos. “A mí no me pasa… tengo pruebas de muchos secretos”.
Pues esos negocios domínico-haitianos tienen que esclarecerse.
¿Cuál es la razón de que no exista un contrato, un acuerdo formal, digno y respetado entre dos países vecinos (que no es verdad que se quieren entrañablemente) y que signifique beneficio para ambos, conveniencias para ambos?
Pero tengo a un Duarte entristecido zumbándome en la cabeza.
¿Es que ahora la economía nacional depende de las ambiciones mercantiles de  los haitianos y sus cómplices dominicanos? ¿Son ellos los que mandan? 
¿Fallecieron de inanición los ideales patrióticos, la justa valoración y la decencia? 
¿Honramos verdaderamente a Duarte dando su nombre a parques, avenidas, plazas…? ¿No sería mejor hacerlo con una conducta digna de su esfuerzo, acorde con el sueño por el que luchó junto con un grupo de esforzados compañeros?
Abandonemos los elogios hipócritas.
Honremos a Duarte.