POR ALEJANDRO SANTANA
Venezolanos de diferentes ciudades y
rincones del país se dieron cita el día diez de enero para jurar por Chávez, el
presidente de los pobres de un país que con él comenzó las grandes
transformaciones, que han irritado a los poderosos.
A los poderosos porque el pueblo llano,
los pobres, ancianos, desposeídos, los campesinos, los ubicados en nuevas casas, los pensionados, los
favorecidos con las nuevas políticas sociales, están con Chávez.
Y están con Chávez, porque es el
presidente que ha estado de frente ante los problemas de los pobres de
diferentes ciudades venezolanas.
Chávez, el nacionalista para los desposeídos,
el comunista para los norteamericanos, para los
empresarios radicales, para los poderosos inhumanos venezolanos.
Chávez el presidente, enfermo, el ser
humano, el que ha pedido a Dios que le de salud y vida para seguir las
transformaciones que necesita la patria de Bolívar.
Un presidente querido por las amplias mayorías,
por los que votaron abrumadoramente el pasado octubre para que siga en el poder
por cuarto periodo consecutivo, el querido, por el que muchos hasta fuera de su
Venezuela están rezando para que recupere su salud.
Todos somos Chávez, se convirtió en
Venezuela en todo un himno nacional, interpretado en público por miles de
seguidores que juraron por Chávez, en ausencia física, pero en presencia, firme
espiritualmente.
Lo que está ocurriendo en Venezuela,
pudiera ser observado por otros presidentes
de Latinoamérica, pero también imitado, porque se gana el cariño del
pueblo en la medida en que las políticas de estado van encaminadas a favor de
los más necesitados.
Lo que pasa en Venezuela, es una revolución,
silente, del pueblo, que quiere a su presidente, que muchos quisieran dar su
vida a cambio de la salud de este, porque vuelva, porque tenga vida para este
nuevo periodo.
Aunque a los norteamericanos, no les
parezca, Venezuela vive una democracia, pueda que no sea la perfecta, pero a su
pueblo le gusta, acudieron a unas elecciones y confirmaron estar de acuerdo con
la conducción del poder por el chavismo, los del norte quieren nuevas
elecciones, transparentes, y libres.
Y la pregunta obligada seria, qué son
elecciones libres y transparentes para los norteamericanos, porque los
venezolanos están de acuerdo con la que celebraron en octubre, y las entienden
libres y transparentes.
Lo real es que el chavismo, el apoyo de
ese pueblo a su presidente a su forma de gobernar, esta traspasando fronteras,
y conquistando adeptos en la distancia, y ya muchos ya son Chávez, lejos de la patria de Bolívar.
Este diez de enero, será histórico,
venezolanos y extranjeros, latinoamericanos, celebrando la decisión de la
Asamblea Nacional, de que Chávez jure en
la otra instancia que prevé la Constitución, cuando pueda, cuando su salud se
lo permita, aunque esta vez muchos juramos por Chávez, hasta en la distancia.
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