Por Emilia Santos Frías
Ser una persona asertiva, es ser positiva. La asertividad, como la estrategia comunicativa, se ubica en medio de dos conductas opuestas. Es decir; una donde vive la pasividad y otra que exhibe agresividad.
Está en manos de la persona asertiva, al tener madurez y ser pacifista, crear el vínculo de sensatez, ante una determinada situación, sin agredir o someterse a la voluntad de otra.
Las personas asertivas, son sujetos de éxitos. Garantizan derechos y demandan el ejercicio de deberes.
Según, Juan Celis, estudioso del tema, cuando una persona logra desarrollar la asertividad, refuerza su imagen positiva a nivel social; mejora la confianza en sus habilidades expresivas; obtiene mayor satisfacción emocional y logra alcanzar las metas que se propone desde la comunicación. Al tiempo que muestra respeto por sus semejantes y logra ser respetada.
El tema es sujeto de análisis de la clase profesoral, en nuestras universidades, es el caso del profesor Santiago Silega, quien lo recomienda a docentes en formación para adquisición de competencias actualizadas, de cara al Siglo XXI.
“La asertividad tiene que ver con factores emocionales e intrínsecos de la personalidad. Las personas con buena autoestima, tienen mayor facilidad para resultar asertivas”, indica Celis.
Por el contrario, una persona no goza de asertividad cuando exhibe falta de carácter; creencias e ideologías, en las que depende siempre de otros. Su falta de confianza; fuerza para expresar sus derechos y metas en la vida, le aleja del éxito personal y profesional.
Es necesario tener la capacidad de ser asertivo, en toda etapa de nuestra vida. Estudiosos del Desarrollo e Inteligencia Emocional, consideran que debemos mostrar esa habilidad en el campo profesional y laboral donde cada día hay que cumplir retos, para alcanzar objetivos.
Viki Molendería, Coach Emocional, autora de “Frases que me ayudaron a Crecer”, considera que las personas asertivas, viven en libertad; establecen además, quiénes serán sus amigos y quiénes no. Saben lo que quieren y trabajan para ello. No tiene tiempo para acciones enfermizas.
Asimismo, es personas de acción, sabe utilizar los gestos de forma correcta para transmitir y obtener afecto, aprecio y crear empatía.
Qué fascinante!. Gracias a las recomendaciones de expertos en la conducta humana, podemos conseguir asertividad. Comencemos por ser educado-a; aprender estrategias; planificar; aceptar la derrota cuando nos hayamos equivocado. Pedir disculpas cuando sea necesario; nunca usar amenazas; expresarnos de manera directa, concisa y equilibrada. De igual forma, comunicar ideas sin agredir, pero siempre, defendiendo derechos.
La clave también está en la autovaloración, ese diálogo interno, para crecimiento constante y de toma de conciencia sobre la necesidad de cambio para vivir mejor, indica el doctor Walter Dresel, en su obra “Toma un Café Contigo mismo”; obsequio del cuasi-periodista Roque Jiménez, que he degustado placenteramente.
“La travesía comienza ahí y no se detienen nunca, si se abraza fuerte. La excelencia en calidad de vida, es el anhelo de todo ser humano. El destino final es transformar la manera de pensar, de sentir para conducir nuestras vidas hacia dónde queremos ir”.
Si quieres ser líder, o emprendedor, deber ser asertivo-a: persona firme; que decide lo que quiere y cómo lo quiere, sin llegar a agresividad. Que siempre comunica de forma clara, concisa y promueve respeto.
El asertivo, nunca se deja llevar, ni por la ira, ni por el criterio de otros. Seguridad y discreción es la estampa que le distingue.
Es momento de transitar este maravilloso camino. Comunícate asertivamente y vive una vida de excelencia!.
La autora es educadora, periodista, abogada y locutora.
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