POR EMILIANO PEREZ ESPINOSA
Desde Nueva York
Decían, dicen y dirán que: “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo
que lo resista”. Creo que el presidente Lic. Danilo Medina y el PLD han
convocado a la discusión, por un pacto educativo, debido a que el
actual sistema educativo dominicano es un mal que tiene muchos años y el
futuro del país no resiste más.
Es sumamente importante, que los dominicanos entendamos que el problema de la educación, no es un problema del presidente turno, ni del partido en el poder, ni de los empresarios; es una necesidad del país, por lo tanto todo aquel que pueda aportar algo con evidencias científica, ¡Bienvenido sea! Pues bien, que lo haga, para poder reconstruir una mejor nación, de lo contrario, en un futuro no muy lejano, nuestros hijos y nietos serán simples consumidores de lo que se produce en otros lugares de la tierra porque el mundo es de quien pueda producir las tres B (bueno, bonito y barato).
El pacto por una educación de calidad, se podría definir como la respuesta más equilibrada, científica y juiciosa al proceso de retroceso y deterioro que ha venido experimentado el sistema en las últimas décadas; independientemente de los grandes esfuerzos, deseos, e inversiones que hizo el Dr. Leonel Fernández en los años (1996-2000 y 2008-2012), en esa área.
Los problemas del sistema educativo dominicano (universitaria, técnica y pre-universitaria) son variados, y tienen diferentes matices. Van desde la ausencia de una base científica en el área curricular y de la metodología de la enseñanza, a la pobre preparación, e ineficiencia y disciplina de una parte del personal docente y administrativo., También la no presencia de un sistema de evaluación de la calidad de la educación, y de la administración, y de un sistema estadístico de recopilación de los datos confiable, para la evaluación y creación de nuevas políticas en el área. Además por la poca inversión en el área y los bajos salarios e incentivos para los maestros, técnicos y administradores, pero sobre todo, por la carencia de una filosofía educativa del estado dominicano, que contenga una clara definición de sus objetivos y propósitos; y que todos los actores del sistema “toquen, canten y bailen la misma música” educativa para producir el despegue del desarrollo.
En el área de la base científica de la educación, Existen varios puntos luminosos en las ciencias a tomar en cuenta a la hora para la redacción del pacto que sería su base, entre los cuales la teoría condicional y la clásica condicional de Pavlov y de Skinner; la teoría cognoscitiva de Piaget, y la social de Neal E. Miller y John Dollard, entre otros. Sin ellos y ellas, la palabra educación en el siglo XXI, sencillamente no tendría sentido.
"Las teorías antes mencionadas, unidas a las contribuciones más recientes de la Neuro-ciencia, y otras ciencias, todas como un todo deberían ser partes de la base científica del Pacto por la Educación en el área curricular y de la metodología de la enseñanza, pero todos los actores deben internalizar y poner en práctica esas teorías cada día en el terreno".
En tal sentido, deseamos hacer cinco (5) sugerencias generales: 1- El pacto que hoy se inicia debe ser revisado por lo menos cada cinco años. 2- El pacto debe incluir: la base filosófica del estado dominicano. 3- la base científica de la metodología de la enseñanza; 4- Producir el despegue por el desarrollo que no es más que alinear la Estrategia Nacional del Desarrollo (END), con los currículos, con los estándares educativos internacionales, y la efectividad del sistema educativo dominicano. Por último: 5- Incluir la diáspora dominicana en el pacto. I
Nota: En el próximo artículo analizaremos la importancia de la efectividad del personal docente y administrativo en un sistema educativo
Es sumamente importante, que los dominicanos entendamos que el problema de la educación, no es un problema del presidente turno, ni del partido en el poder, ni de los empresarios; es una necesidad del país, por lo tanto todo aquel que pueda aportar algo con evidencias científica, ¡Bienvenido sea! Pues bien, que lo haga, para poder reconstruir una mejor nación, de lo contrario, en un futuro no muy lejano, nuestros hijos y nietos serán simples consumidores de lo que se produce en otros lugares de la tierra porque el mundo es de quien pueda producir las tres B (bueno, bonito y barato).
El pacto por una educación de calidad, se podría definir como la respuesta más equilibrada, científica y juiciosa al proceso de retroceso y deterioro que ha venido experimentado el sistema en las últimas décadas; independientemente de los grandes esfuerzos, deseos, e inversiones que hizo el Dr. Leonel Fernández en los años (1996-2000 y 2008-2012), en esa área.
Los problemas del sistema educativo dominicano (universitaria, técnica y pre-universitaria) son variados, y tienen diferentes matices. Van desde la ausencia de una base científica en el área curricular y de la metodología de la enseñanza, a la pobre preparación, e ineficiencia y disciplina de una parte del personal docente y administrativo., También la no presencia de un sistema de evaluación de la calidad de la educación, y de la administración, y de un sistema estadístico de recopilación de los datos confiable, para la evaluación y creación de nuevas políticas en el área. Además por la poca inversión en el área y los bajos salarios e incentivos para los maestros, técnicos y administradores, pero sobre todo, por la carencia de una filosofía educativa del estado dominicano, que contenga una clara definición de sus objetivos y propósitos; y que todos los actores del sistema “toquen, canten y bailen la misma música” educativa para producir el despegue del desarrollo.
En el área de la base científica de la educación, Existen varios puntos luminosos en las ciencias a tomar en cuenta a la hora para la redacción del pacto que sería su base, entre los cuales la teoría condicional y la clásica condicional de Pavlov y de Skinner; la teoría cognoscitiva de Piaget, y la social de Neal E. Miller y John Dollard, entre otros. Sin ellos y ellas, la palabra educación en el siglo XXI, sencillamente no tendría sentido.
"Las teorías antes mencionadas, unidas a las contribuciones más recientes de la Neuro-ciencia, y otras ciencias, todas como un todo deberían ser partes de la base científica del Pacto por la Educación en el área curricular y de la metodología de la enseñanza, pero todos los actores deben internalizar y poner en práctica esas teorías cada día en el terreno".
En tal sentido, deseamos hacer cinco (5) sugerencias generales: 1- El pacto que hoy se inicia debe ser revisado por lo menos cada cinco años. 2- El pacto debe incluir: la base filosófica del estado dominicano. 3- la base científica de la metodología de la enseñanza; 4- Producir el despegue por el desarrollo que no es más que alinear la Estrategia Nacional del Desarrollo (END), con los currículos, con los estándares educativos internacionales, y la efectividad del sistema educativo dominicano. Por último: 5- Incluir la diáspora dominicana en el pacto. I
Nota: En el próximo artículo analizaremos la importancia de la efectividad del personal docente y administrativo en un sistema educativo
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