POR
ALEJANDRO SANTANA
Siendo niño,
conocí a José Antonio Corniell, pero lo conocí con el seudónimo de Diablo
Viejo, desde entonces lo atribuí a su destreza para trepar a los palos ensebaos,
a cuevear cangrejos, nadar, pescar y fabricar anafes.
Era de los
niños del barrio que disfrutaba al escucharlo pregonar la venta de los
cangrejos que atrapaba en las cuevas, pues todo el año los vendía.
Paloma de cuevas,
fue uno de sus pregones que me impacto al igual que las estufas para pobres, refiriéndose
a los anafes que fabricaba y vendía.
Yo vivía a
tres calles de la de él, era muy frecuente encontrarme en el barrio de Villa
Estela, con él, conocí a su papá, ha varios hermanos y hasta su mujer y algunos
hijos y sobrinos.
Plasmaré tres anécdotas que dé el recuerdo, dos con el
comerciante Manuel María Castillo, don Mamen, que para la época tenía un almacén
llamado El Progreso, donde hoy está la
empresa dedicada a la compra de café, La Banileja.
Don Mamen
compraba café y lo despulpaba en el lugar, recuerdo que los establecimientos
comerciales de él ocupaban la manzana entera entre la calle Duarte hasta la
Santo Me.
Diablo Viejo
fue llamado por el comerciante para encargarle que le consiguiera varias sacos
vacios para guardar la paja del café, este le dijo que dónde podría conseguirlo,
a lo que el comerciante le indicó que se los robará.
Diablo Viejo
estuvo de acuerdo, recibió por adelantado una compra para la comida de varios
días, cuan lejos tenía Mamen que el robo se lo haría a él mismo.
Cuando el
comerciante cierra el negocio a las doce del medio día para ir a su vivienda a
almorzar, Diablo Viejo fue a un glasé
vacio los sacos que habían conteniendo la paja del café los vació y cuando el
negocio fue abierto, llevo los sacos al comerciante.
Agradecido
este de la prontitud, con que le había conseguido los sacos vacios, le pagó y
hasta le hizo un regalo.
Pero qué
gran descontento sufrió este cuando a los pocos días se dio cuenta que había pagado
por sus propios sacos, al no encontrar a Diablo Viejo porque se le escondía, acudió
a la policía.
Salieron en
busca de Diablo Viejo, lo apresaron y ya en el cuartel de la policía, cuándo
era interrogado por el robo, se defendió de esta manera.
Don Mamen, quería
sacos, aunque fueran robados, es decir me mandó a robarlos y entendí que donde confrontaría
menos dificultades era robándoselos a él y así lo hice, todo quedó resuelto, devolvería
el dinero con trabajo.
Otro día
paso entre esos amigos¨, otro caso que también resultó gracioso, Mamen
necesitaba varias hojas de cinc viejo para cercar un solar y se las encargó al
mismo Diablo Viejo.
Nuestro
personaje, alquiló una camioneta, y dirigió sus pasos a una propiedad que tenía
el comerciante en las afueras de la ciudad, en playa Azul, le indicó al sereno
que Mamen había mandado a buscar varias hojas de cinc para pintarlas.
Cuando logró
sacar el cinc de la propiedad, fue donde el comerciante en busca de pintura
contra oxido para pintárselas y así lo hizo.
Cuando
terminó pues se las llevó, cobró por su trabajo y todo fue alegría hasta que
el comerciante se dio cuenta del engaño
cuando fue el fin de semana a su propiedad.
En este entonces
no hubo mayores desacuerdos porque nuestro personaje alegó que la buscó para pintársela y que sólo había cobrado
por su trabajo.
Y como anécdota,
lo último que se de este personaje es que
en una ocasión se marchó a Santo Domingo, a buscar trabajo, pasaron los
meses los años y nada de noticias del señor
Corniell.
Su esposa
desesperada le hace llegar una carta con un chofer que le indicó que lo veía con
mucha frecuencia, cerca de la parada de guaguas, de la ruta Barahona, S.D.
Entre otras
cosas la misiva, decía: Mi amor los niños y yo nos estamos muriendo de hambre,
no nos mandas nada que te ha pasado.
La respuesta no se hizo esperar: Si ustedes se
están muriendo de hambre, están bien, yo hace tiempo que me enterraron, y como
confirmación le dibujó una caja de muerto con el dentro cuando lo enterraban.
Habrá muchas
cosas que destacar de nuestro Diablo
Viejo y estaré investigando porque ese
diablo hasta actor de cine fue.
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