tengo sobradas razones para solidarizarme con el colega periódista Juan Francisco Matos Espinosa, un decano de la comunicación dominicana, un colega que al igual que yo dio un paso al frente cuando la patria necesito de voces y plumas para luchar por las libertades, en momento en que transitábamos los peligrosos doce años del doctor Joaquin Balaguer.
Fuimos formados para junto a valiosos colegas y amigo asumir el compromiso sagrado de defender las libertades públicas en todo el sentido de la palabra, sin importarnos perder la vida en esa empresa, asumimos con mucha responsabilidad ese reto.
Identificando cual seria nuestra postura en esos años de peligros constantes, nos colocamos al lado de los oprimidos, fuimos voces de aquellos a quienes la dictadura le negaba derechos, a quienes se le arrebataba la liberad y fuimos consoladores en el dolor frente a familiares a quienes la intolerancia política le arrebató algún familiar.
Fue nuestra esencia, como periodistas formados por un gremio, por amantes de las libertades, por quienes entendían que desde la academia el mejor trabajo que hacían era formarnos, con la debida sensibilidad para no ver indiferente los atropellos a ciudadanos indefensos.
Esa formación profesional, es la que llevó a Juan Francisco a chocar con miembros de la Dirección Nacional de Control de Drogas que la noche del miércoles detuvieron a tres jóvenes en el sector Savíca, donde el reside y donde se cometió uno de los tantos abusos que los miembros de esa entidad practican contra indefensos ciudadanos.
Tres jóvenes fueron
requisados, nunca los periodistas formados como lo es Juan Francisco nos hemos opuesto a que los agentes de la DNCD hagan su trabajo, pero donde nunca hemos estados de acuerdo y nunca coincidiremos es con la acción criminar de colocar drogas a quienes ellos quieren sacar de circulación.
Siempre estaremos identificados contra hechos de esa naturaleza, nuestros principios son claros, nuestra posición en ese sentido es inquebrantable, siempre estaremos en desacuerdo con esa manera irresponsable de actuar de algunos miembros de la DNCD.
Reitero, nunca nos opondríamos a que la policía, la DNCD ,el Ministro Público, realicen su trabajo, siempre hemos estado en desacuerdo con el tráfico y consumo de drogas por entender que quienes practican esas modalidades, sencillamente son criminales que matan a nuestra juventud.
Cada vez que conozcamos de la violación de derecho por parte de algún miembro de la DNCD, o de autoridad alguna estaremos denunciando esas acciones sin importar que nos veamos en esos peligros, porque nuestro compromisos siempre serán más importante que nuestra propia vida.
Me estoy solidarizando con un colega a quien les irritan las violaciones a los derechos de los demás, fuimos formados para eso, nuestra capacitación y años de servicio lo hemos dedicado a la defensa de los derechos de los demás sin importar que sean civiles o militares.
Las violaciones son desconocimientos de derechos y en ese sentido nuestra Constitución es clara, nadie está por encima de ella no importa el rango que obstente el violador, siempre nos tendrá de frente en el terreno del derecho.
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