OPINION: Cinco minutos junto a Minou Tavarez.

POR ALEJANDRO SANTANA




Fue el tiempo más fructífero de mi existir.  Me senté a su lado, le transmití el saludo que un amigo y admirador le había enviado, y casi le susurre al oído, que  Barahona es un pueblo de hombres valientes.

Cuando se paró a hablar a los presentes, destacó lo que le había dicho sobre la valentía de nuestros hombres, lo refirió como si yo pensaba que para ella era una sorpresa.

Lo sabía de ante mano, recordaba hechos y conocía a algunos de los que nos dimos cita en la casa de uno de esos valientes hombres de las montañas, Ángel Luis Patnella.

Allí, nos hablo del camino que está recorriendo, camino que en circunstancias tan adversas como hoy, su padre, sus compañeros habían recorrido.

Nos hablo con el corazón, pero con la indignación de que a  55 años después, los sacrificios y la sangre de tantos valientes no haya sido la inspiración de quienes nos han gobernado.


Manolo Tavarez, su padre junto a un grupo de valientes, hasta subió a las montañas a luchar por un mejor país para todo, una patria llena de esperanzas, pero todo está pendiente, aún.

Sueños, deseos, anhelos, preocupaciones truncas, que están pendientes de realizaciones, debido a que malos dominicanos nos han dirigido desde entonces.

Por eso su peregrinar por estos pueblos, donde se sembró la semilla de la disidencia frente a un estado de cosas que nos llena de vergüenza, donde el más corrupto se erige como un sumo sacerdote, o el líder  que pretende tener adeptos .

Los anhelos de una patria mejor, de una vida digna, están por verse, pues todos nos han engañado, por eso su peregrinar por estos pueblos, sembrando nuevamente la semilla que sus ancestros sembraron y que hoy puede germinar para que haya una vida digna para todos.

No ha salido a predicar creyéndose la heredera absoluta de esas glorias, lo hace en su condición de dominicana que entiende que debemos tener un mejor país, donde el dinero que pudiera ser empleado para la salud no valla al bolsillo de ladrones.

Tiene la claridad de que todo no está perdido y por eso anda creando las estructuras que darían al traste con el actual estado de cosas que nos hacen más pobres, mas vulnerables frente a la corrupción.

Minou, está clara, bajo el actual sistema político no se puede seguir viviendo, hay que producir los cambios y está dispuesta a realizarlo contando con esa reserva moral, que dieron un paso al frente cuando la patria los necesitó, su discurso es claro, sencillo, esperanzador, es realista, habla de las cosas que están palpable y que nos hacen daño como nación.

Hubo un momento en que se sintió niña otra vez, cuando recibió un segundo beso, Ángel Luis Patnella, compañero entrañable de su padre, que cuando estaba pequeña le dio un beso en la mejilla, el que muchos años después se repite y le hace recordar cosas de esos tiempos.

Ella tiene la claridad, ha renunciado de su partido el PLD, por entender que no ha hecho las transformaciones para lo cual fue fundado, sus compañeros se han alejado del camino de la moralidad que trazó Juan Bosch.

Minou, no es la mujer tierna que pudiera ser, la adorna la convicción de que hay que seguir luchando por  un mejor mañana, por eso armada del coraje y valentía que adorna a los valientes anda recorriendo el territorio, sembrando la semilla del despertar por un mejor país para todos.

Un país donde no haya corruptos, ni ladrones, no se adorna con las glorias de los suyos, tiene su propio proyecto, por eso contestó a pregunta, que en ella no está revivir el 1J4, porque esa herencia no le pertenecía solo a ella, si no al pueblo, y que ese pueblo es quien tiene la palabra.

Mis cinco minutos con Minou, pudieron ser más, como de hecho lo fueron, pero me sentí feliz cuando en cinco minutos transmití los saludos de un amigo y pude decirle casi al oído que mi Barahona es un pueblo de hombres valientes.

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