POR ALEJANDRO SANTANA
El pasado domingo, recibí la llamada de un amigo, que me comunicaba que habían apresado a un hombre que junto a tres individuos mas se desplazaban en un carro color azul y que se dedicaban a robar niños.
¡Oh, una gran noticia!, contesté al amigo, preguntándole acto seguido, cómo lo sabes, bueno la policía estuvo toda la tarde persiguiendo ese vehículo, pero se les escaparon a las patrullas.
El pasado domingo, recibí la llamada de un amigo, que me comunicaba que habían apresado a un hombre que junto a tres individuos mas se desplazaban en un carro color azul y que se dedicaban a robar niños.
¡Oh, una gran noticia!, contesté al amigo, preguntándole acto seguido, cómo lo sabes, bueno la policía estuvo toda la tarde persiguiendo ese vehículo, pero se les escaparon a las patrullas.
Al verse acorralados, tres de los individuos abandonaron el carro y se dieron a la fuga por unos montes, pero para mala suerte de estos, el cuarto ocupante del mismo que se había desmontado momentos antes, fue apresado.
Lo apresaron en uno de los chequeos, donde llegó a bordo de un motor con fines de escapar de la ciudad, lo cuestiono nuevamente, sobre la versión que el daba del hecho, involucrando el intento de robo de un menor.
No supo contar, mas de ahí, comencé a llamar mis contactos, policías, autoridades judiciales y periodistas, los periodistas contactados, habían recibido el rumor del apresamiento de uno de cuatro que vinieron a la ciudad a robar niños, (supuestamente).
Un contacto policial, me confirmó que ciertamente se había apresado un carro color azul que individuos que eran perseguidos, dejaron abandonado, pero que uno de ellos fue apresado en un chequeo.
Rumores de robo de un niño: como pólvora, corrió por toda la ciudad, la presencia de individuos que habían venido a robarse nuestros niños, rápidamente hasta se inventaron historias de valentías.
Siempre recordaré una historia escrita por Gabriel García Márquez, ¨la bolita que da vueltas, narra la presunción de una señora de que en su pueblo pasaría algo muy grande, propagándose la creencia hasta que prendieron fuego al pueblito.
Lo señalo, porque fueron varias las versiones que recibí del robo de niños y los ocupantes del carro color azul, ya lunes en la mañana, los rumores se intensificaron, hasta una jipeeta entró en escena.
Una profesora amiga me llamó armada para que fuera a su casa y le pusiera bajo resguardo a sus dos pequeñitos que había dejado al cuidado de uno menos pequeño.
Hubo un locutor que tiene un blog, que me dijo que agentes del servicio secreto de la PN habían ido a un colegio con el niño que trataron de raptar, que presentaba rasguños, para que este les hablara a sus compañeros para se cuidaran.
Luego, hurgando en algunos medios digitales, encontré la nota de otro amigo bloguero que también alertaba y pedía mayor vigilancia de las autoridades y recomendaba que hasta se formaran patrullas mixtas, policías y guardias, para cuidar nuestros niños.
Parece que a pesar de los años transcurridos, desde que se amarraban los perros con longaniza, hay personas que son dadas a prestar oídos a rumores y no solo eso sino que también contribuyen a su difusión.
Es bueno que cuidemos constantemente a nuestros niños, es bueno que vivamos preocupados por ellos, pero de ahí a difundir rumores extravagantes, como que no encaja en estos tiempos de modernidad.
Dejemos el pánico, centrémonos en el trabajo productivo, no prestemos oídos a rumores de vagos, el robo de niño es una fabula de las tantas que se han puesto a circular.
Algunas de ella, en los 90s,la mujer del algodón,, el hombre encebado, el niño que llora por las noche y cuando uno se le acercaba se volvía un viejo, el perrito pequeño arrastrando una cadena como las que atan el ancla a un barco, en fin miles de historias y fabulas, que no han sido mas de ahí, ¡maduremos, cuidemos a nuestros niños!, eduquémoslos, sin hacer llegar a ellos historias macabras que solo le producirán daños psicológicos!.
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