POR
ALEJANDRO SANTANA
El cartero
muerto la noche del sábado en el barrio de Villa Estela, dentro de la vivienda
donde vivía no estaba en la lista de las ejecuciones de quienes lo mataron, se
puede atribuir a un accidente, pues a él no le dispararon, estaba en el
trayecto de una bala perdida.
Domingo
Gómez, o Domingo Feliz Beltré de 60 años y treinta de labores como cartero del
correo de esta ciudad, era un hombre tranquilo, trabajador, que apenas salía de
la vivienda donde vivía en sus horas libres.
La noche del
sábado 19 de julio se encontraba sentado en el interior de la casita donde vive
en la calle Capotillo, al final de la Trinitaria, eran algo más de las nueve
cuando fue impactado en el pecho.
Estaba
sentado en un mueble, no había luz en el sector y en la esquina de la casa
habían varios jóvenes y se apersonaron dos ¨desconocidos¨, montados en un
motor, y la emprendieron a tiros contra Robert Ramírez un joven de 17 años quien
resultó impactado en el vientre.
Uno de los
disparos, de seis, que se escucharon, de acuerdo a la versión de los vecinos
penetró por una hoja de cinc que cubría el tablado en mal estado de la humilde vivienda,
haciendo un recorrido para impactar en pleno pecho al cartero muerto, la
espalda del mueble también está perforado por el disparo.
Aunque los
familiares de Robert lo definen como un joven tranquilo, al decir de los
lugareños no corresponde a la verdad ya que este está ligado a otro que es a
quien miembros de una banda quiere linchar.
Se habla de
negocio sucio de drogas, a tumbe, a viejas rencillas con el buscado que reside
cerca de donde ocurrieron los hechos.
Lo único
real y verdadero donde no hay versión encontrada, es en el auge que ha venido
teniendo la delincuencia en esta ciudad, en nuestros barrios, donde bandas
armadas se pasean con armas en las manos, de manera pública.
Entre las
declaraciones recogidas, está la nota discordante de que cuando ocurrieron los
hechos uno de los moradores del lugar se apersonó al cuartel que existe en el
barrio en busca de ayuda, pero fue desagradable la respuesta que escuchó de los
agentes de servicio en el destacamento.
¡No venga a
darnos quejas de delincuentes, que si acudimos al lugar y por desgracia hasta
herimos a alguien nos meten a la cárcel!, fue lo que dijeron los agentes del
destacamento de Villa Estela, es posible que tengan razón.
En el lugar
del incidente hay muchas y variadas versiones de este hecho de vandalismo,
hasta se sabe quiénes son los responsables de las heridas al joven y la muerte
del humilde cartero que tuvo la desgracia de estar en el lugar inadecuado a la hora equivocada.
Las
autoridades, entiéndase ministerio Publico, no debe dejar morir sin solución
este hecho de sangre, los vecinos tienen mucho que decir, siempre se les
investigue sin presión ni amenazas.
En ningún
lugar se está seguro, hasta la casa donde se vive se está en peligro, y lo peor
es que los ciudadanos no sienten que la policía protege los barrios por lo que
los delincuentes se pasean noche tras noche, y en ocasiones en horas del día
armados hasta los dientes.
La
desesperación es tal que hasta el traslado del General que comanda la plaza, se
está pidiendo a gritos, por entender que no está haciendo nada y que los
delincuentes le han torcido el pulso.
Verdad o
mentira en esta ciudad existen varias bandas armadas que hasta han amenazado a
periodistas, por la publicación de hechos, protagonizados por ellos, amenazas
que no han trascendido debido a que no confían en la eficiencia de las
autoridades, que hasta conocen a los integrantes de bandas y no actúan.
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