POR
ALEJANDRO SANTANA
Hay
preguntas y escenarios donde se hacen
que es preferible tragarse las respuestas, porque hacerlo en ese lugar y a la
persona que la formuló, se convierte en sentencia de muerte ó intranquilidad
eterna.
A un amigo, que le tocó estar presente en un
allanamiento policial con fiscal y todo, en la vivienda de una persona
sindicada como vendedora de sustancias prohibidas, le lanzaron ese busca pié.
Estaba por
casualidad, en el lugar o fue llamado, cómo observador, para ser testigo de
primera mano si se encontraba algo irregular en la pesquisa.
Habían otras
personas también, miembros de la familia del joven al que allanaban, algunos
vecinos también, los miembros de la DNCD, hacían su trabajo observados por el
fiscal y esas otras personas.
Pese a que
las autoridades tienen la certeza de que en el lugar existe un negocio de venta
de esos productos controlados, no se encontró nada comprometedor.
Apresaron
al individuo, lo condujeron a las oficinas de la Institución para fines de
investigaciones, luego fue dejado en libertad´.
Es normal
que esto ocurra, claro cuando se tiene suerte, no te encuentran nada
comprometedor y te dejan en libertad, a quien le ocurra que haga una
peregrinación a Higuey a pié.
En ese
allanamiento un oficial de la policía le preguntó a ese amigo que estaba en el
lugar ¿qué por qué, el permitía que tan cerca
de su casa, funcionara un puesto de venta de drogas?.
Ese amigo me
confesó que no le contestó para no buscarse problemas, y lo hizo debido a que
al lugar van agentes de la policía a cambiar cartuchos y tiros por esas
sustancias.
También me hizo
saber que periódicamente van agentes
policiales buscando su semanal en ese punto, entendió que si le contestaba al
oficial su vida corría peligro.
Pero ese
amigo valorizó el hecho de que cuando al barrio van desaprensivos de otros
lugares, el que opera el punto junto a otros secuaces, los hacen salir urgentes
del lugar, es decir que protegen su barrio de otros delincuentes.
Claro no por
eso ellos están exento de cualquier dificultad, como balas perdidas,
enfrentamientos entre operadores de puntos y la acción de quienes en horas de
la noche acuden al lugar en busca de la sustancia que usa.
Lo que narro
no es exclusividad de un sector en particular, es la realidad de muchos
sectores de la población donde operan puntos de ventas de drogas y donde hasta policías van a negociar y cobrar
peaje.
Parece que
las autoridades policiales deben ser mas vigilantes de sus agentes y
practicarles periódicamente de manera sorpresiva las pruebas antidopi, y si dan positivo, separarlos de
las filas y someterlos a la justicia.
Esas son de
las preguntas que nos hacen, cuyas respuestas debemos tragarnos por nuestra
seguridad y la de nuestra familia, pues si autoridades también están en el
negocio, para que hablo.
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