POR ALEJANDRO SANTANA
Solo pregunto, y lo hago porque cada vez que escucho o leo las declaraciones de nuestro Arzobispo Nicolás de Jesús López Rodríguez, con relación a la sentencia Constitucional 168-13, se me parece a los Vincho Castillo.
La Biblia, las enseñanzas cristianas, que en mis años de estudiante primario comencé a escuchar en las clases de catequesis, me hablaban del amor al prójimo, a nuestros hermanos.
Me hicieron entender de la necesidad de que viéramos a los demás como nuestros hermanos, nuestros iguales por ser hijos del mismo creador de todos, blanco, negro, amarillo, en fin de toda la creación que existe sobre el globo terráqueo.
Pero, ocurre que si no es, que ando mal en mis apreciaciones , las declaraciones del prelado católico, las percibo llenas de odios, de rencor y en vez de visualizarlo como un hombre de fe y cabeza de una religión que profesa el amor a los demás lo veo como un político cualquiera.
Lo veo como un sacaliñador, como el personaje villano de una mala telenovela cualquiera, y lo ubico en el mismo grupo de intereses, haitianos y dominicanos que están de acuerdo con la negación de derechos de miles de almas, de seres que necesitan de la solidaridad de todos.
Y no es que este en contra de la susodicha sentencia en todas sus partes, mi desacuerdo es cuando se pretende agredir a muchos con la retroactividad, cuando las aplicaciones legales no contemplan esa parte malsana.
Y ubico a nuestro Cardenal en el grupo de intereses debido a que muchos haitianos han contribuido a general las riquezas de muchos poderosos, haitianos y dominicanos, grupos que aportan a la iglesia.
Nos hacen entender que los haitianos son los que nos desplazan de los trabajos que son los responsables de muchas de nuestras desgracias incluyendo el mal presupuesto de nuestros hospitales.
Porque sus mujeres principalmente son usurarías de los servicios hospitalarios donde acuden como parturientas, donde la solidaridad medico las asiste.
Desde el Estado no se escucha a nadie socaliñando ese servicio brindado a un ser humano que no tiene la culpa de su desgracia, pero si escuchamos a nuestro Arzobispo referirse al tema con cierto odio.
Y eso nos hace reflexionar y preguntarme, ¿de que está hecho ese señor?, porque cuando se refiere al tema lo hace con ese odio, que no logra disimular.
Ahora indica que a el no le interesa la visita del vise presidente de los Estados Unidos, ¡claro si no viene a dar nada a la iglesia, no le puede interesar!, así de simple.
Pero ocurre que a muchos dominicanos que queremos vivir en armonía con nuestros vecinos si nos interesa esa visita a ver si se llega a consenso y se hace mas humana nuestra necesidad de regular nuestra frontera sin agresiones a ningún extranjero residente ilegal en muestro territorio.
¿Por qué tanto odio, porque ese radicalismo, porque esa postura de político irracional, Monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez, porque no dejar que nuestro presidente que ha dado muestra de humanismo se entienda con ese visitante y junto a los organismos correspondientes resuelva ese espinoso asunto
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