POR ALEJANDRO SANTANA
Barahona tiene la gran particularidad, todos sus hijos quieren que se desarrolle, unos lo hacen desde aquí otros desde cuartos fríos y otros desde pedestales pomposos, donde los gritos de los desposeídos no llegan, pero no hacen nada que no sea lanzar criticas hirientes y malsanas contra quienes se han quedado aquí, salpicados por el lodo, maltratados por el sol y el saliste.Los que han entendido que desde su natal, vinculados a los sectores necesitados hacen un mejor trabajo, sufriendo su hambre, padeciendo sus mismos dolores, sus impotencias, su falta de oportunidad, viendo venir de vez en cuando a los que se fueron corriendo a la realidad con sus caras tratadas con cremas caras y olorosas, en carros o jipetas modernas, con dineros para regalarnos para la cena de una noche.
Pero críticos implacables contra los de aquí que tratan de vivir en armonía con políticos, funcionarios y empresarios que de alguna genera garantizan la sobre vivencia de quines se han quedado aquí, que no han tenido la cualpa de vivir como están, pero que lo están porque han dejado que quienes se fueron trabajen por su bienestar, cosa que no hacen.
Y es que es fácil escuchar hablar de un dolor de barriga, pero diferente si es a uno a quien le duele, y eso pasa hasta con comunicadores que se han ido, que han logrado insertarse en las tómbolas de la oportunidad que da la gran ciudad la que aprovechan al máximo y solo nos visitan para restregarnos en nuestras caras las bonanzas adquiridas.
Esos que nos critican, esos son los que ven mal que un día del año un político regale a quienes lo publicitaron cuando eran candidatos, que lo publicitaron porque entendieron que en esos puestos favorecerían al pueblo.
Esos mismos que a los que están en la capital le pagan publicidad cara y cuando lo invitan a que los acompañen a su pueblo le pagan hasta el más exagerado antojo y los alojan en hoteles de lujo, gastando en ellos grandes sumas, pero ahí no hay críticas.
Y hasta piden que el que esté libre de pecado tire la primera piedra, ignorando que aquí hay comunicadores y periodistas que podemos no solo lanzar la primera piedra, sino hasta criticar a los corruptos y oportunistas que desde sus escenarios de buena vida nos miran con el ojo crítico y despiadado del irrespeto.
Irrespeto lanzado hasta contra amigos entrañable que el único pecado que han cometido es quedarse en su pueblo padeciendo las mismas calamidades de su gente.
Olvidando que aquí, necesitamos hasta los que dicen que contaminan, porque no tenemos nada
De donde escoger, y que no se han realizado porque hasta los proyectos buenos son torpedeados desde esos escenarios pomposos, donde se recrean supuestos hijos de este pueblo.
La realidad está pintada del color del cristal con que se mire, yo podría decir a voz en cuello que no cobro en ninguna instancia y no critico a quienes reciben obsequios o cobran en instancias, otros profesionales cobran y cobran sumas que a un periodista no le dan, pero nadie los critica, solo a los periodistas que se han quedado aquí.
Que dependen de los funcionarios para resolver cualquier problema de salud de el o su familia porque dese el Estado no se han creado instancias para resolver realmente el problema de los pobres.
Parecería que esos críticos desean que cuando vengan al pueblo que dejaron encuentren a su gente con remiendos y llena de gusanos por no tener para comprar 5 pesos de creolina par matárselo.
Antes que lanzar críticas perversas contra periodistas habría que preguntarse que han estado haciendo los que se han ido a favor de la dignidad de los que se quedaron, en que han incidido para que cambiemos de vida.
Aquí en esta época del año a todos les hacen llegar regalos, a todos los sectores, hasta los que son afectados por contaminantes y no lo hacen como burla lo hacen porque entienden que es la época del año en que deben hacerlo, o pueden hacerlo, pero los que se fueron critican esas acciones que la mayoría de sus actores la viven haciendo todo el año, y me refiero al Sindico, al Senador y a la diputada Noris Medina, que no solo esperan esta época para saber donde vive su prójimo.
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