Periodistas desinformados que ponen a sus medios a decir mentiras

POR ALEJANDRO SANTANA

Lo peor que le puede pasar a un periodista, a un comunicador, o cualquier ser humana es perder la credibilidad, que la gente termine entendiendo que anda fabricando notas mentirosas cargadas de datos inciertos y de presunciones erráticas.

Uno de los postulados de un buen periodista es la objetividad, la imparcialidad y honestidad junto a un conjunto de normas que llaman ética.

El que carece de esas herramientas practicas, es cualquier cosa menos un periodista, puede ser un embustero, mentiroso, vocero pagado, alarmista, ó, dicho en buen dominicano,”un jablador”.

Y los medios que le publican a esos, sinvergüenzas terminan siendo considerados de igual manera y temprano que tarde perderán el auge de audiencia que llegan a tener difundiendo infundíos y notas cargadas de elementos mentirosos.

Para aterrizar, debo decir que en nuestra ciudad en los últimos meses existen periodistas y comunicadores que son corresponsales de medios de la ciudad capital que carecen de honestidad.

Y como tales ponen a sus medios a difundir notas noticiosas con elementos inciertos presumidos por ellos, no veraces, salidos de sus presunciones.

Sin objetividad y eso es dañino y se estará jugando con eso hasta que un ciudadano que conozca sus derechos que entienda de leyes, les haga una demanda a esos medios que se han encargado de contratar a personal sin preparación y sin escrúpulos.

Personeros que sirven gratuitamente a medios que no quieren pagar salarios a verdaderos profesionales o a personal con la honestidad probada y con la preparación adecuada para difundir lo que realmente ha pasado, está pasando, o puede acontecer.

Muchos se preguntaran,”a quien se estará refiriendo”, quienes escuchan las noticias principalmente en la televisión y han seguido los hechos acaecido en el mismo lugar saben, que estoy diciendo.

Estoy lanzando la voz de alarma en ese sentido, los medios no solo deben tener periodistas honestos en planta, los corresponsales deben ser también poseedores de las buenas virtudes que engalanan a un buen periodista