POR
ALEJANDRO SANTANA
Bueno de
acuerdo a las versiones de quienes estaban en el lugar donde el Diputado
Montero repartiría cajas con productos navideños, todo lo ocurrido se debió a
la delincuencia.
Desde
temprano, llegamos a la vivienda del Diputado, un joven trata de trepar por la verja
hasta llegar a las rejas de la casa, la esposa de Mariano le da con un pedazo
de palo por los dedos para que se baje del lugar.
Acto seguido
el joven le da tremendo pescozón a la señora Montero, interviene un pariente
del Diputado y otras personas y agreden en represalia al agresor.
Se arma
tremendo desorden, comienza la tiradera de piedras y botellas, rompen los
cristales de la vivienda, se llama a la policía.
Los agentes
llegan, pero se arma otro lió pues otro joven que está trepado en la reja de la
casa se lanza y queda enganchado a una varilla de construcción haciéndose una
herida.
Todo vuelve
a la normalidad, comienza el reparto de las cajas, pero de repente el Diputado
enfurece y comienza a lanzar las cajas a la multitud, nueva vez se arma el
molote.
Todo esto narrado
por una de las mujeres que se encontraban en el lugar de los hechos, donde en
todo momento reinó el desorden.
De un tiempo
a esta parte en Barahona se ha levantado una especie de turba que asalta los
lugares donde se reparte cualquier cosa.
No se puede
catalogar de acción de pobres, es delincuencia organizada que ya la policía no
puede controlar y lo que podría ser un acto de solidaridad se convierte en un
verdadero caos.
Quisimos
escuchar la versión del Diputado Montero, pero este es muy dado a no contestar
el teléfono, siempre sale la contestadora y para colmo no devuelve las
llamadas.
Se podría decir
que el Diputado Mariano Montero fue víctima de una clase delincuencial, que
desde el poder se ha fomentado con la manera de hacer llegar a los
necesitados lo que ellos entienden que
es la solidaridad.
Solidaridad
que se ha criticado bastante porque solo
se presta a la degradación de quienes se entiende que necesitan y que por tal
razón hay que tirarle las cosas como si fueran puercos en una pocilga o perros
realengos que no merecen ser tratados con dignidad.
No es culpa
de Mariano Montero ese accionar vejatorio, es culpa de los que nos han
dirigido desde la muerte de Trujillo que
han entendido que un día del año hay que salir a hacerse los bonachones lanzándoles
cajas, fundas y otras cosas a los pobres de conciencia.
Pobres de
conciencia, porque no es la pobreza económica que hace al desposeído salir detrás
de una limosna, una caja que no tiene gran cosa, porque hasta en navidad se
entiende desde el poder que el pobre solo debe comer pica pica y de la mala.
Conocemos al
Diputado Montero, sabemos que es un gran ser humano, lo ha demostrado en
innúmeras ocasiones, siempre ha sido solidario con los demás.
Pero
entendemos que no conoce la forma de tratar a los desposeídos a la hora de
hacer repartos de cajas navideñas, los demás Diputados ya han realizado sus
repartos y en sus viviendas no se han armado esos líos que lucen tan feos.
El Diputado
para lo adelante si es que ha quedado en animo de seguir siendo solidario debe
ingeniarse otro tipo de accionar a la hora de dar públicamente.
Primero debe
sacar de su entorno familiar esa manera de dar a los muertos de hambre y
delincuentes que siempre se invitan ellos a esos repartos.
Debe tener
en los lugares más pobres donde debe llegar esa ¨solidaridad¨ a seguidores para encargarlos de esos
repartos con otras modalidades que podría ser repartir tiques, numerados y sellados
para que se pase a buscar las cajas a lugares determinados y sólo con esos tiques.
Debe el
Diputado sospesar esa estrategia en lo adelante porque no hay manera a la viste
de controlar a la delincuencia que se ha organizado en la ciudad en los últimos
años.
Así evitaría
sufrir los desalientos del presente y protegería a su familia del empate de
turbas que se organizan en esos repartos
supuestamente solidarios a favor de necesitados.
Es
lamentable que eso haya pasado al Diputado Montero y a su familia, personas
disciplinadas, sencillas y humildes que fueron irrespetadas por turberos hambrientos.
Quienes
conocemos a Mariano Montero, sabemos que es persona humilde, sencillo,
solidario pero al parecer desconoce la forma de interactuar con turberos que su profesión es crear el desasosiego
donde se hacen repartos.
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