21 de abril de 2015 - .
Moradores de estas barriadas han librado grandes luchas para acceder a servicios básicos
SANTO DOMINGO, República Dominicana-. Rosana Brea llega desde otro sector con la protesta de que el mal olor de la cañada de Bonavides y la basura acumulada allí la tienen enferma.
Dice que sueña con regresar a su antiguo barrio y alejarse de tanta contaminación ambiental.
Una característica común entre los barrios de la cuenca Ozamae Isabela:Gualey, Los Guandules, Guachupita, Las Cañitas, La ciénaga, Simón Bolívar, El Dique y Los Tres Brazos, es la abundancia de cañadas y la alta producción de residuos sólidos,todos ellos focos de contaminación permanente.
Las barriadas de la ribera occidental de los ríos Ozama e Isabela ocupan una superficie de 2.38 kilómetros cuadrados, con una densidad poblacional promedio de 42,069 habitantes por kilómetro cuadrado. Este promedio es cuatro veces mayor que la media del resto del Distrito Nacional. Dicho de otro forma, los barrios de esta margen ocupan el 2.73 por ciento del área total del Distrito y tienen el 7.54 por ciento de la población del mismo, según revela el estudio“Condiciones de Gestión de Desechos Sólidos”, realizado por Ciudad Alternativa.
Moradores de estas barriadas han librado grandes luchas para acceder a servicios básicos, destacándose la deficiencia en la prestación de algunos tan elementales como la recogida de basura, el manejo adecuado de desechos sólidos, el acceso al agua potable y las carencias en el ordenamiento territorial; pilares fundamentales de la desigualdad en el derecho a la ciudad.
Según dicho estudio, unas 67,984.24toneladas de basura se producen anualmente en esta zona. De ellas, se recolecta por vías formales solo el 42,8 por ciento y el 57.2 son vertidas al río o depositadas en vertederos improvisados.
Los levantamientos de Ciudad Alternativa ponen de manifiesto que el 24 por ciento de los cauces dentro de los Guandules corresponden a cañadas a cielo abierto, condición que las hace vulnerables a ser utilizadas como depósito de desechos. El mismo informe explica que unas 8,915 toneladas métricas de residuos sólidos por año se depositan en estas cañadas.
¿Cómo es la gestión de los desechos en los barrios de la Cuenca Ozama?
La gestión de los residuos es un proceso que abarca desde la generación hasta su tratamiento por los agentes encargados de esta labor, quienes trabajan en condiciones precarias. La actividad es realizada sin ningún tipo de protección. “salgo a las 5:00 de la mañana de casa, llego a las 6:00 de la tarde, este trabajo uno lo hace por necesidad, siempre estoy enfermo. Deberíamos tener botas de goma, chalecos especiales, pero la realidad es otra, nos montamos en el camión y a fajarnos con toda la basura”, afirma “José el flaco”, mote de uno de los recolectores del Ayuntamiento del Distrito Nacional:
Enfermedades como el tétano, infecciones en la piel, herpes, dolencias gastrointestinales o dengue son el resultado de no usar la ropa, el calzado y la mascarilla adecuada.
Los ayuntamientos no proveen este equipamiento, los pocos recolectores que poseen uniforme son solo los que laboran en el centro de la ciudad.
Largas jornadas de trabajo, en condiciones deplorables, unida a los bajos salarios que devengan los obreros municipales, sueldos que oscilan entre 5,000 y 10,000 pesos mensuales.
¿Quiénes limpian la ribera?
En la Circunscripción No. 3 del Distrito Nacional, la tarea de la recogida de basura está a cargo de fundaciones comunitarias que surgieron en los distintos sectores y han sido contratadas por el ayuntamiento.
Entre las empresas recolectoras de la C3 están: la Fundación de Saneamiento Ambiental de Los Guandules, La Ciénaga, Guachupita, 27 de febrero, la Fundación de Saneamiento Ambiental (Funsaco) y Fundación de Saneamiento Ambiental de La Zurza (Fundsazurza).
El ADN ha contratado estas empresas recolectoras pagando 25 dólares (1,117.5 pesos dominicanos) por cada tonelada de basura. La mayoría tiene contrato a 6 años, finalizando su actual contrato en 2016.
Francisco Reyes, director de la Fundación de Saneamiento Ambiental de La Zurza (Fundsazurza), sostiene que el ADN adeuda 70 millones a las empresas recolectoras. “Esta situación nos obliga a limitarnos a la simple recolección, dejando de realizar funciones como podar los árboles, sustituir las tapas dañadas de las alcantarillas, vacunar los animales, además de realizar jornadas junto a la comunidad para concienciar sobre el manejo que debe darse en las casas a los desechos”, lamentó.
El gasto del ayuntamiento del Distrito Nacional en gestión de Residuos sólidos en 2014 ascendió a 967.2 millones de pesos, alrededor del 27 por ciento del presupuesto ejecutado ese año, mientras que el ayuntamiento de Santo Domingo Este, gastó 359.3 millones de pesos, ascendente a 13 por ciento del presupuesto ejecutado en ese período. Sin embargo, al ser preguntado sobre la calidad del servicio que reciben, algunos ciudadanos afirman recibir un servicio deficiente.
Entre la basura, la sobrevivencia y la vulnerabilidad
En una montaña rocosa, en medio de la basura, en la cercanía del río, vive Juan Mercado.A esa parte de Gualey no entran los empleados de las empresas recolectoras, los moradores deben subirla a la calle o hacerlo por la vía más fácil: lanzarla al río.
La residencia de Mercado es, dentro del 29.20 por ciento de las viviendas construidas a orillas del río, vulnerable ante cualquier desastre natural según revela el estudio de “Evaluación de situación de vulnerabilidad a desastres naturales” del Proyecto Habiso que Ciudad Alternativa impulsa.
De acuerdo al Censo de 2010, Gualey tiene una población estimada de 21.161 habitantes, que generan 9,671.52 toneladas de residuos al año, de las cuales el 57,4 por ciento son recolectadas por las vías formales, el restante 42.6 pertenece al servicio informal (se lanza a las cañadas, al río o se quema en los patios de las casas).
La investigación resalta que se han encontrado 69 puntos de acumulación de basura, donde seis son catalogados como macro vertederos.
El ambientalista Domingo Abreu, manifiesta que la gestión de desechos sólidos en la República Dominicana ha sido un fracaso, alega que para el país es apremiante parar la producción de embalaje y volver a materiales como el vidrio y el cartón.
“Lo necesario en este momento es reducir los desechos, creándose políticas desde el Estado para la reducción de materiales, como se ha hecho en otros países. No podemos seguir con la cultura del vertedero, tirando basura de forma descontrolada”, criticó Abreu.
Buceando en la insalubridad
Los centros de trasferencias (CTR) son sitios de acopio que evitan a las empresas recolectoras hacer varios viajes al vertedero y permiten hacer más rutas diariamente, suelen ser lugares altamente contaminados, pues allí se realizan todas las labores de clasificación.
El centro de transferencia de Santo Domingo Este no está asfaltado, lo que motiva el estancamiento de los camiones cuando llueve. El área no está diferenciada en zonas de trabajos y los “buzos” que frecuentan el lugar, se aglomeran en un mismo sitio en ocasiones hasta100 por días. Muchos permanecen allí hasta altas horas de la noche, lo que potencia el número de accidentes laborales.
En medio de la insalubridad, se desempeñan los empleados de estos centros, identificándose en los CTR del ayuntamiento de Santo Domingo Este, la falta de uniforme adecuado: Gorra, guantes, botas y otras indumentarias. En un espacio con múltiples afecciones en el ambiente, malos olores y un suelo sin asfalto, estos empleados son proclives a adquirir cualquier tipo de enfermedad en la faena diaria.
La disposición final de la basura es un tema ampliamente discutido en la sociedad actual, sobre todo, por las implicaciones en la salud y el medio ambiente que ha tenido la proliferación de los vertederos a cielo abierto como Duquesa o Rafey.
El especialista en manejo de residuos sólidos, Héctor Bidó, en su libro “Introducción a los rellenos sanitarios”, manifiesta la necesidad de convertir los vertederos a cielo abierto en rellenos sanitarios, calificándolos como “estructuras poco higiénicas y ambientalmente poco seguras”.
A pesar de ser el método de disposición final de residuos sólidos más utilizado en el mundo, nace una corriente que exige un tratamiento distinto a los residuos sólidos, que permita una armonía entre el ser humano y el medio ambiente
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