POR
ALEJANDRO SANTANA
Es posible
que sea empleado en las necesidades propias del local y es comprensible, pues
todo el que pertenece a sindicatos, logias, iglesias y otros grupos organizados
debe contribuir con su sustento.
No creo que
haya reglas específicas, para el empleo de los fondos que los miembros de una
iglesia aportan por el diez por ciento de su sueldo.
No estoy en condiciones
de mezclarme en esos asuntos, pero me ha llamado la atención una nota que
comparte la locutora, abogada y estudiante de periodismo, Alexa Lora, sobre un
pastor que empela esos recursos para aliviar la vida a sus feligreses.
La noticia
fechada en Brasil, da cuenta que el pastor de una iglesia emplea esos recursos
en la construcción de casas para hermanos carentes de techo.
Qué bien, y
hay que aplaudirlo, pues ha surgido un pastor que ha identificado a su prójimo,
al que está en su entorno, al que está necesitado.
En la obra
participan varios hermanos que aportan su tiempo y conocimientos de forma
gratuita, son solidarios con sus hermanos necesitados.
Siempre he
tenido en mi interior esa forma y manera de ser solidario, he creído que desde
las iglesias se pueden hacer grandes obras
que beneficien a sus hermanos, no juntarse para comprarle una jipeta a
un pastor, que en muchos casos el deja de usar y se la traspasa a un familiar.
La
solidaridad entre hermanos es algo muy bonito, pero la solidaridad volcada en
quienes tienen necesidades perentorias como la de un techo, una cama, la comida
de la semana, medicamentos para los enfermos y otras necesidades básicas es una manifestación de amor.
Hay iglesias
que tienen muchos hermanos que aportan mensual, semanal o quincenal con el
diezmo y hasta con otros gastos que les dicen que existen.
Porqué no
nos hacemos sinceros, humanos, cristianos de verdad y visualizamos esas
necesidades de hermanos y comenzamos a trabajar para solucionarlas, en nombre
de Dios.
Es decir que
el diezmo no solo silba para uso de las cosas que el pastor entienda, que se
formen consejos de ancianos que visualicen las necesidades de hermanos y se establezcan
orden de prioridad y se valla en auxilio
de quienes están dentro de esa categoría.
Si nuestras
iglesias lo vieran de ese modo, serian mejores centros de reunión de hermanos,
de creyentes, de necesitados y serian una buena hermandad.
Lo que
planteo no sería tan difícil, solo tenemos o mejor dicho tienen los que se
dicen pastores de alma que observar en su alrededor cual es su prójimo con
necesidad, plantearlo en los cultos y de seguro muchos contribuirían.
Esta sería
una buena iniciativa pastores, cuál se anima y comienza a actuar poseído del
amor de Cristo, háganlo pero con honestidad y sus iglesias serian mejores
templos de adoración
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