Destacó que sus daños son irreversibles y lo peor es que aunque en el país más de un millón de personas entre 18 y 75 años la padecen, menos de un 50 % lo sabe.
Lamentó que una reducida cantidad de pacientes mantenga un tratamiento que les controle de modo eficaz la patología, lo que los hace vulnerables de presentar las complicaciones.
Explicó que el problema puede afectar de forma definitiva al corazón, que se agranda, previo a un aumento en el grosor de sus paredes u ocasionar enfermedad de las arterias que le llevan sangre al musculo cardíaco.
“Un órgano muy sensible al aumento de la presión arterial son los riñones, con aparición de insuficiencia renal, que puede llevar a temprana edad, a la necesidad de diálisis permanente o trasplante. Los efectos mortales pueden además observarse en los pequeños vasos de la retina con hemorragia”, sostuvo.
Indicó que los accidentes cerebrovasculares, ictus o stroke, son otras de las formas de mal vascular que dejan secuelas irreversibles, con discapacidad permanente e incluso, pueden ser causa de muerte sobre todo, en los más jóvenes, quienes toleran de peor manera los efectos de la hipertensión en las arterias del cerebro.
La directora del Centro Cardio Imágenes Especializadas, detalló que el daño a la circulación vascular periférica es una de las manifestaciones de la patología menos detectada, pero que provoca limitación importante en la calidad de vida.
Alertó que en ocasiones se manifiesta con simple sensación de hormigueo en las piernas, hasta dolor intenso, incapacidad para caminar, por déficit en el flujo de sangre arterial a las piernas y en los hombres puede predisponer a impotencia sexual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario