MOCA
(R. Dominicana), 8 abr (EFE).- Un grupo de personas destruyó varias
viviendas habitadas por inmigrantes haitianos en la localidad de Ortega,
municipio de Moca, por considerarlos culpables de la muerte de un joven
vecino de esa comunidad, del Norte del país.
Según informó la Policía Nacional, a raíz
del ataque, un contingente de la Policía Nacional de la provincia de
Santiago acudió para reforzar la seguridad en esa zona.
Los exaltados acusan a los indocumentados del país vecino de la muerte de Carlos José Núñez Gómez, de 18 años, cuyo cadáver fue encontrado amordazado en la localidad de Rancho Viejo, de la norteña provincia de la Vega.
La turba destruyó al menos dos casas, aunque los gentes evitaron que otras fueran afectadas, indicó la Policía, que en este momento investiga el suceso que ha provocado la ira de los vecinos de Ortega, Moca, de donde era nativo el fallecido.
Sus familiares y vecinos dijeron que la víctima ejercía como moto taxista y que los últimos pasajeros que transportó eran dos hombres de origen haitiano.
Para los residentes del lugar, los inmigrantes del vecino país constituyen un peligro para su seguridad, y advirtieron de que no los quieren en su comunidad.
Tras los hechos, la uniformada montó una amplia vigilancia en las casas habitadas por haitianos indocumentados para evitar agresiones en su contra y, aunque la situación es tensa, todo está bajo control y queda garantizada la seguridad tanto de dominicanos, como de haitianos, dice el informe policial. EFE
Los exaltados acusan a los indocumentados del país vecino de la muerte de Carlos José Núñez Gómez, de 18 años, cuyo cadáver fue encontrado amordazado en la localidad de Rancho Viejo, de la norteña provincia de la Vega.
La turba destruyó al menos dos casas, aunque los gentes evitaron que otras fueran afectadas, indicó la Policía, que en este momento investiga el suceso que ha provocado la ira de los vecinos de Ortega, Moca, de donde era nativo el fallecido.
Sus familiares y vecinos dijeron que la víctima ejercía como moto taxista y que los últimos pasajeros que transportó eran dos hombres de origen haitiano.
Para los residentes del lugar, los inmigrantes del vecino país constituyen un peligro para su seguridad, y advirtieron de que no los quieren en su comunidad.
Tras los hechos, la uniformada montó una amplia vigilancia en las casas habitadas por haitianos indocumentados para evitar agresiones en su contra y, aunque la situación es tensa, todo está bajo control y queda garantizada la seguridad tanto de dominicanos, como de haitianos, dice el informe policial. EFE
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