POR ALEJANDRO SANTANA
Hay características del ser humano que
lo hacen conocido, aun en la distancia, y con solo escucharlo pues ya
uno sabe de quien se trata.
Es el caso de un joven de esta ciudad, ñato, es decir de hablar mas por la nariz que por la boca, el insistía que todo el mundo lo conocía.
Alegaba que era un don con el que había nacido y que desde que era niño lo identificaban sin verlo con solo escucharlo hablar cualquier cosa todos sabían que era el ñato.
Se ufanaba de que hasta con escucharlo refunfuñar la gente lo identificaba, en ocasiones alegaba que se cambiaba la camisa hasta cinco veces al día para evitar que lo identificaran tan fácil.
Narro que una vez dejo de usar una marca de perfume que le encantaba porque cuando transitaba en horas de la noche aunque fuera tarareando una canción entre dientes, lo identificaban, diciendo, ¡ahí va el ñato!.
La gente le escuchaba hablar de esa creencia, y entendía que decía las cosas por estar relajando, pero realmente ese amigo se llego a creer que era el más conocido y fácil de identificar, por la vestimenta o por el perfume.
Un día llama a un amigo a su celular y cuando este acepta la llamada, el ñato le habla y el amigo, le dice dime ñato, ¡dioma!, tu si eres inteligente y como me conociste.
El amigo le dice ñato y como no te voy a conocer, fue por el perfume, a lo que este contesta y mira que es una marca nueva la que estoy usando porque con la otra todo el mundo ya me conocía.
Es el caso de un joven de esta ciudad, ñato, es decir de hablar mas por la nariz que por la boca, el insistía que todo el mundo lo conocía.
Alegaba que era un don con el que había nacido y que desde que era niño lo identificaban sin verlo con solo escucharlo hablar cualquier cosa todos sabían que era el ñato.
Se ufanaba de que hasta con escucharlo refunfuñar la gente lo identificaba, en ocasiones alegaba que se cambiaba la camisa hasta cinco veces al día para evitar que lo identificaran tan fácil.
Narro que una vez dejo de usar una marca de perfume que le encantaba porque cuando transitaba en horas de la noche aunque fuera tarareando una canción entre dientes, lo identificaban, diciendo, ¡ahí va el ñato!.
La gente le escuchaba hablar de esa creencia, y entendía que decía las cosas por estar relajando, pero realmente ese amigo se llego a creer que era el más conocido y fácil de identificar, por la vestimenta o por el perfume.
Un día llama a un amigo a su celular y cuando este acepta la llamada, el ñato le habla y el amigo, le dice dime ñato, ¡dioma!, tu si eres inteligente y como me conociste.
El amigo le dice ñato y como no te voy a conocer, fue por el perfume, a lo que este contesta y mira que es una marca nueva la que estoy usando porque con la otra todo el mundo ya me conocía.
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