26 de agosto de 2015 - 12:09 am - 0
El criminal está cumpliendo condena, no vacacionando. No entiendo qué tipo de castigo ejemplar se pretende propinar si se convierten las cárceles en hoteles de cinco estrellas.
Hace unos días sostenía una discusión con un sujeto que afirma que el sistema penitenciario dominicanos es injusto, inhumano y cruel con los presos.
Se basa en que los delincuentes (o como los humanistas les llaman, los ¨privados de libertad¨) viven hacinados en las cárceles, sin las mínimas condiciones de higiene ni garantías de seguridad ¡Hasta se quejaba de que los alimentos no eran satisfactorios!
(¡Pobrecitos!)
Yo, como la mayoría de dominicanos, he sufrido directa e indirectamente las consecuencias de la ola criminal que azota al país, un día después de la conversación sobre el particular, me entero de una triste noticia: una compañera de clases y entrañable amiga, Franchesca Lugo, muere a consecuencia de una herida de bala en un intento de atraco.
Durante el sepelio, el senador de Azua (lugar de procedencia de la joven) manifestó: ¨ El que mate en esas condiciones no tiene derecho a vivir, y si no tiene derecho a vivir y aquí no hay la pena de muerte, debe aplicarse la pena máxima”.¨
En los pasillos de la Universidad, en su comunidad y en las calles se llegaba a la misma conclusión: no tienen derecho a vivir, y muchos desearon que cayeran en un intercambio de disparos, a falta de mecanismos judiciales que faciliten su ejecución.
Nos enteramos, con dolor, que los culpables fueron capturados. Es previsible lo que pasará a partir de ahora, aún los sentencien a la pena máxima no es formar de expiar la culpa y se dedicarán a dirigir asesinatos desde prisión, amparados en la protección de una orgía de ONGISTAS, picapleitos y politiqueros que elevan el grito al cielo si les pica un mosquito y que no brindan una palabra de consuelo a los deudos.
No, señores humanistas, no pienso que el sistema penitenciario dominicano sea injusto con los presos, al contrario, pienso que el sistema penitenciario dominicano es muy compasivo con los presos, y deben empeorarse las condiciones de las cárceles. Si ahora te ponen a 30 en una apretada celda, pongan 50. Si hacen sus necesidades en una botella de plástico, remuevan la botella. Si comían arenque, denle huesos.
El criminal está cumpliendo condena, no vacacionando. No entiendo qué tipo de castigo ejemplar se pretende propinar si se convierten las cárceles en hoteles de cinco estrellas.
No hay que tener tantos escrúpulos con ellos. ¿Quién resarcirá el daño que les han causado a familiares y amigos de Franchesca? La única paga que se me ocurre para los asesinos de Franchesca es ojo por ojo diente por diente. La humanidad no se perderá de nada con ellos y podríamos evitar muertes futuras por reincidencia (las estadísticas demuestran que gran parte de los crímenes son efectuados por reincidentes). A ver ¿De qué se perdería la humanidad? ¿Se convertirán acaso los futuros ¨reformados¨ en benefactores del bien común? por favor…
A lo sumo terminan tocando en la Orquesta Sinfónica Penitenciaria, idea de Pavel Nuñez y su séquito y que es tan deplorable como sus canciones.
Así las cosas, mientras gente inocente se muere de hambre en la calle y no se vale de la excusa de la pobreza para MATAR, a los que sí lo hacen hay que garantizarles su confort.
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