Ocho actitudes comunes que distinguen a las personas amargadas
“No sirvo para nada”, “todo me pasa a mi” o “no puedo tener más mala suerte” son algunos pensamientos negativos que de vez en cuando nos rondan la cabeza. Desde luego que todos podemos tener un mal día, pero sumergirnos en ellos sin intentar mirar el lado positivo de las cosas deriva en una vorágine de tristeza, antipatía y desánimo que a la larga no nos hace daño más que a nosotros mismos.
Amargarse y no hacer nada es mucho más sencillo que enfrentarnos a la negatividad y solucionar nuestros problemas, pero sin duda también muchísimo más perjudicial para nuestro yo individual y social.
Múltiples estudios han demostrado que los sentimientos de tristeza crónicos pueden afectar negativamente a nuestra salud, felicidad y bienestar. Aprender a detectarlos –tanto en nosotros mismos como en las personas que nos rodean– y saber cómo eliminarlos es una tarea que requiere un esfuerzo por nuestra parte pero que en ningún caso es imposible.
El profesor Preston Ni se plantea en Psychology Today cómo podemos gestionar las ocho actitudes negativas más comunes para poder diferenciar entre la confianza en uno mismo y el miedo al fracaso y ser capaces de dominar el victimismo para ser capaces de salir –o sentirnos– victoriosos ante las derrotas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario