POR ALEJANDRO SANTANA
Cada pueblo, cada región, ha tenido grandes figuras, que
han hecho significativos aportes a la
cultura, al arte, personas de gran valía, no que sean seres especiales, que sus
aportes los diferencie.
Esto permitiría, que sus legados no se queden enterrados
en tumbas olvidadas, llenas de malezas en su entorno, donde se haga imposible
el acceso, para depositarle una flor o encender alguna vez una triste vela.
Lo entiendo así porque en nuestra ciudad tenemos tumbas
de grandes exponentes culturales, y del arte que sus restos yacen en tumbas
olvidadas de difícil acceso.
Un mausoleo, permitiría que los concentremos a todos, que
tengamos una especie de registro histórico donde se recojan desde su fecha de
nacimiento, sus aportes, sus acciones.
Y esto serviría además para que estudiantes, estudiosos y
visitantes, mantengan vivo en sus memorias esos aportes que engrandecieron a su
comunidad en un momento dado.
No una simple tumba, junto a miles, dispersas, perdidas
en la maleza, sin mantenimiento, sin una cruz y sin identificar, enterrados en
el olvido, sin que ni siquiera una oración les caiga cuando alguien valla a
rezar a un familiar enterrado en los alrededores.
Los pueblos, amantes y respetuosos de su cultura, han
erigido un mausoleo para sus grandes figuras, algunas ordenes, religiosas o de
hermandad ya han erigido su mausoleo.
En Santiago de los Caballeros, para los peloteros de la
tragedia de Rio Verde ya erigieron su mausoleo, en esta ciudad los Osfelos,
tienen sus mausoleo.
Ya en esta ciudad hubo los intentos, se tuvieron unos
ochocientos metros cuadrados de terrenos, donados por el Ayuntamiento Municipal en el periodo de Julián Peña, pero
estos se perdieron debido a la indiferencia colectiva.
Hoy que a diario surge una voz que reclama, los restos de
grandes glorias enterrados en otros lares, surge esta idea, para que cuando lo
tengamos no pasen a ocupar una triste tumba olvidada, sin identificación y sin
visitantes.
Entiendo que no es mucho pedir, y si realmente estamos
acariciando nuestro avance, es un buen momento para comenzar a tener respeto
por la memoria de nuestras grandes glorias, del canto, de la cultura, del arte.
Como testimonio de sus hazañas, como guía inspiradora
para nueva generaciones que necesitan conocer de las grandezas de sus pueblos y
ciudades.