Acaba de ser elegida
vicepresidenta de República Dominicana, pero para muchos en su país la
cara de Margarita Cedeño empezó a ser familiar hace ocho años cuando su
esposo Leonel Fernández se convirtió en presidente por segunda vez y
ella en primera dama.
"Estoy convencido de que el hecho de escogerla como candidata vicepresidencial fue determinante para que el PLD y (su candidato), Danilo Medina, ganaran las elecciones en la primera vuelta el 20 de mayo", afirma el politólogo Belarminio Ramírez Morillo.
El autor del libro "Margarita por dentro: conozca las razones de su crecimiento", destaca en declaraciones a BBC Mundo la popularidad de la esposa del actual presidente que, según varias encuestas publicadas en los últimos años, goza de los mayores índices popularidad del gobierno.
Endoso al "poder fáctico" de Fernández
Algunos en República Dominicana temen que la permanencia de Cedeño en el palacio presidencial se traduzca en la permanencia de hecho en el poder de su marido, quien ha sido presidente durante tres legislaturas y al que la Constitución impedía presentarse nuevamente como candidato.En ese sentido, Elisabeth Mateo, presidenta del movimiento cívico no partidista "Toy Jarto", destaca que si bien Cedeño "goza de la simpatía de mucha gente, sigue siendo un endoso del poder fáctico del marido" que dio visibilidad a su despacho "al inyectarlo con una serie de recursos y autonomía".
No obstante, para ella lo importante no es cómo llegó al poder, sino el trabajo que haga cuando asuma su nuevo cargo. "Va a enfrentar el gran reto de diferenciarse de las políticas del gobierno de su esposo y de las mismas políticas que ha aplicado su partido que han sido incluso de abuso de poder con los ciudadanos", sostuvo Mateo en declaraciones a BBC Mundo.
Para Mateo, los principales retos a los que deberá enfrentarse Cedeño son activar el papel de la Vicepresidencia, mantener en su nuevo puesto la "humanidad con la que se ha manejado con el pueblo", acabar con el "paternalismo" en la política dominicana y conseguir la paridad de género en el estado.
De primera dama a vicepresidenta
Como ellas, Cedeño también había desarrollado una carrera profesional como abogada antes de llegar a la oficina de la primera dama.
Además, a sus 47 años, ha estudiado en Georgetown, Harvard y Ginebra, tiene dos postgrados -uno de ellos un máster que obtuvo mientras ejercía como primera dama- y es embajadora extraordinaria de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En la cuenta de Twitter que usó activamente durante la campaña, se define a sí misma como "madre (de tres hijos, uno de ellos con Fernández), esposa, abogada, ciudadana sensible y solidaria, primera dama de la República Dominicana y comprometida con los más necesitados".
Para la socióloga Ramona Hernández, directora del Instituto de Estudios Dominicanos del City College de Nueva York, Margarita Cedeño "es una primera dama un poco a lo Hillary" porque "se ha hablado de su papel un tanto independiente de su esposo" y porque "ha demostrado tener destreza política".
Según Hernández, la primera dama dominicana mostró esta faceta durante la campaña cuando enfrentó algunas acusaciones como la que presentó un periodista local que aseguraba que tenía una cuenta bancaria millonaria en Dinamarca, algo que Cedeño negó y dejó en manos de sus abogados.
En ese momento, la mujer "más tranquila, calmada y rezagada" dejó paso a otra más luchadora, opina Hernández, que advierte que a partir de ahora todo lo que haga estará bajo escrutinio público y "tendrá que cuidarse más que cualquier otro candidato" y asegurarse de que se cumplan las promesas que hizo en su campaña.
Habrá que esperar a ver cómo ejerce su nuevo rol como vicepresidenta, pero en el país muchos creen que puede tener una buena proyección en la política dominicana.
"En mi visión, Margarita será la primera mujer dominicana en llegar a la Presidencia de la República. ¿Cuándo será? Todavía no puedo precisarlo. Ella es una mujer joven con una carrera política joven, y esto hace que tenga el tiempo a su favor", concluyó Ramírez Morillo.