POR ALEJANDRO SANTANA
Narraré un hecho cierto, real, hablaré
de dos actitudes;
En una ocasión, se encontraba una
señora, , completamente desnuda, con visibles problemas mentales, bañándose en una
de las orillas del rio Biran cerca del puente de la carretera Barahona Paraíso.
Unos le hacían gallera, la observaban,
hacían comentarios, algunos cargados de morbo, otros de compasión, pero en fin,
todos asistían al espectáculo nudista de esa dama que aunque con sus problemas
mentales, sus años de edad, dejaba ver su cuerpo bien formado.
De repente, no se, de qué lugar
apareció un señor con un vestido en sus manos y como pudo vistió a la dama que
protagonizaba el espectáculo nudista, involuntario.
Cundo terminó de vestirla, se dirigió
a los espectadores con palabras severas, cardadas de un gran sentimiento humano
y de desprecio a la vez por la desfachatez de los mirones, unos bajaron la
cabeza, otros lo burlaron y otros se fueron, haciendo comentarios.
Es posible que ha cuatro
párrafos, del título de este trabajo, usted no le vea la vinculación con los
escándalos que ha causado la mala condiciones de nuestra bandera en algunas
plazas públicas, escuelas y hasta cuarteles policiales.
Cuánto cuesta una bandera, estoy
seguro que hay muchos dominicanos que si se lo propusieran, donarían hasta diez
banderas para cambiar las que están en
malas condiciones en algunos lugares públicos, incluyendo la ciudad capital.
Las quejas y críticas sobre la
mala apariencia de nuestra bandera, han sido reiteradas, y los periodistas y
comunicadores hemos difundido su mal aspecto, sin reflexionar.
Lo que estamos criticando es
nuestro símbolo patrio, le estamos enseñando a otros, nuestra insecibilidad,
nuestra falta de patriotismo, nuestro no me importa porque no es lo íntimo de
mi familia.
Como si nuestra bandera no fuera
parte de nosotros mismos, nuestra identidad, el orgullo de dominicanos que hace muchos años una buena
mujer dominicana confeccionó con sus manos y su mente cargada de patriotismo.
Cuánto cuesta una bandera, cuantos
no se han hecho millonarios y hasta famosos en nombre de la patria, pero igual
que aquellos que contemplaban a la enajenada mental bañándose desnuda en la vía
publica, siguen con la misma cara de idiotas viendo la destrucción de nuestra bandera.
Hay periodistas, hay medios de
comunicación, que asumiendo la misma actitud que tomó el hombre que vistió a
nuestra enajenada, se crecerían y serian ellos la noticia del día por cubrir la
falta que todos deberíamos asumir.
Cuando difundimos al mundo el mal
estado de nuestro símbolo patrio lo que estamos dejando ver ante los ojos en de los extranjeros es que somos una partida
de insensibles ciudadanos incapaz de sacrificarnos para izar en óptimas condiciones y en lo más alto ,nuestra
enseña tricolor