POR ALEJANDRO SANTANA
En tiempos de campaña, los políticos
ensucian a cualquiera que ellos entiendan que no está de acuerdo con sus
ideales o sus formas de orquestar una campaña en pos de sus aspiraciones.
Por eso es que no es raro que de
repente se digan cosas muy bajas y sucias, que se inventen crímenes, robos y
vinculaciones peligrosas, todas con el
marcado interés de quitar fuerza o frenar crecientes simpatías electorales.
En este país y en otros tantos,
hay periodistas muy vinculados a todos los sectores políticos, al mundo
empresarial, de los negocios y hasta del bajo mundo.
Y no es que el periodista ande
buscando esas amistades, es que le llegan en la medida en que ellos entiendan que ese profesional está en capacidad de
resolverle un problema, de corte policial, judicial, de simpatía o de amistad.
Hasta ahí el periodista o la
amistad con este es muy buena y reunirse con él es sacar ventajas porque es el profesional que está al tanto de cómo
andan las simpatías, las preferencias y hasta la intención del que va a
sufragar en las elecciones.
Todo eso está bien, pero en los
países donde los políticos, entienden
que sus simpatías crecen en la medida en que su programa de gobierno es el que más
favorecerá al pueblo.
Y donde la capacidad y la hoja de
servicio sean las herramientas que haya que exhibir, no la bajeza, la chismografía
y los comentarios infundados.
Pero el asunto se complica cuando
son periodistas y comunicadores que se prestan para hacer acusaciones contra
profesionales honestos que por sus años de servicios sus trayectorias, les
permite reunirse con cualquier sector.
Esos que ven en las relaciones, pretensiones
conspirativas, propiciadores de
desestabilizaciones, esos que sus ambiciones solo les permite ver el
lado malo de las cosas.
Y es que en nuestro país, se ha
levantado una nueva clase de periodistas que solo procuran el bienestar personal, favorecerse del poder aunque con
sus ambiciones contribuyan a empobrecer más al pueblo.
Ese tipo de periodistas es quien ha lanzado esas acusaciones contra
honestos hombres de la presa que son amigos de todos los políticos, empresarios,
comerciantes, de falsos héroes y de honestos ciudadanos.
Y lo han hecho para congraciarse
con el poder, desconociendo que sus acciones solo los aleja más de la simpatía
de políticos honestos y capacitados, ,
pero los acerca a las sabandijas como ellos