En el Siglo XXI la región Suroeste de la
República Dominicana cuenta con tres herramientas para promover la
inversión: (1) Decreto No.947-01 (año 2001) que crea el "Área
Internacional de Libre Comercio Industrial y de Servicios de Barahona"
dentro del Plan Nacional de Desarrollo de Parques Mineros Industriales
de Zona Francas que comparten Barahona, Pedernales y siete provincias
más. (2) Ley 28-01 de Desarrollo Fronterizo que aplica a Pedernales y
provincias fronterizas, y (3) Ley 195-13 de Incentivos turísticos
nacionales.
Esas herramientas no existían en el Siglo XX cuando la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE) introdujo el proyecto "Complejo Industrial de la Zona Sur" valorado en RD$27.0 millones - a la par con el dólar -, hoy día RD$1,161 millones al 43 X 1. Las intenciones eran: (a) Trasladar las instalaciones de la empresa Sal y Yeso del muelle de Barahona a Barranca, en Bahía de Neiba (que es de Barahona); (b) Construir un muelle en Barranca para la explotación/exportación de yeso, mármol y travertino, y (c) Construir una fábrica de cemento en Barahona.
En aquel entonces nada se hizo porque no existía un "espectro social y empresarial barahonero" que cargara sobre sus hombros por lo menos con parte de tan importante iniciativa empresarial para hacerla realidad, como era la intención. El caso opuesto es el Decreto No.667-04 (año 2004) que creó el "Área Internacional de Libre Comercio y Servicios de Montecristi", teniendo a la Corporación Portuaria del Atlántico como "Operadora, o sea, un "espectro social y empresarial cibaeño" compuesto por 74 inversionistas y/o "empresarios de pura cepa".
Se desprende que el Decreto 667-04 es consecuencia del Decreto 947-01; lo único que descarta es el componente minero dentro de un esquema de desarrollo de comercio internacional de zonas francas logísticas. Fue tomando en consideración el Decreto 667-04 que propuse en 2013 al Ministerio de Turismo (Mitur) la creación del "Área Internacional de Libre Comercio y Turismo de Barahona" para promover el desarrollo del turismo de cruceros y del tipo “todo incluido” (sol y playa) en un radio de cuatro kilómetros en el litoral costero que se extiende desde Barahona hasta playa Saladillas-Rio Caño.
Del decreto 947 del año 2001 me enteré en febrero de 2014 gracias al amigo Humberto Báez (Tico). Desde entonces nada ha sucedido lo que demuestra que en Barahona todavía no existe un "espectro social y empresarial" que influya o dinamice la economía, al menos que las cosas cambien: sea empujando, emprendiendo, a "raja tablas" o "jodiendo la paciencia". Pero sea lo que sea, hay que hacer las cosas con respeto, orden, altura y dignidad, nunca mendigando, aún sabiendo que hay gente que "escucha y mira para otro lado". A lo mejor aparece alguien corto de vista "que escuche sin mirar para ningún lado".
A falta del "espectro social y empresarial barahonero" vale la pena, como sustituto, remover las cenizas procurando el bien de la región Sur. El Artículo 8 (c) del Decreto 947-01 dice lo siguiente: "Adecuar las instalaciones portuarias existentes en cada provincia (si las hay), con el fin de dotarlas de los medios tecnológicos necesarios para el trasbordo de mercancías de carga a nivel internacional así como para el manejo de cruceros turísticos y comerciales". Con el Artículo 8 (c) trato de descartar el componente minero del Decreto 947-01 que dé paso al fomento del turismo de cruceros y el “todo incluido”, dejando intacto los demás componentes del comercio internacional, lo que es tema de otra entrega.
Si observamos bien, el componente de comercio internacional fue lo único que tomó en cuenta el "espectro social y empresarial cibaeño" que gestionó la promulgación del Decreto 667-04 para impulsar el desarrollo de la región Norte. Mi propuesta es que se revise el Decreto 947-01 que dé prioridad al desarrollo del turismo de cruceros en Barahona y Pedernales, adecuando las actuales infraestructuras portuarias para impulsar el desarrollo de la región Enriquillo. Es la alternativa más idónea, independientemente de las medidas que se puedan tomar en favor del turismo receptivo (“todo incluido” y/o sol y playa) y el fortalecimiento del comercio internacional.
Para destacar el turismo de cruceros hay que barajar varias alternativas que justifiquen la modificación del decreto. En lo que concierne a recursos para la adecuación de las infraestructuras hay que tomar en cuenta los decretos turísticos sobre "tasas y derechos aeroportuarios" que permiten al Mitur realizar obras de infraestructura turística (i.e., Ceiztur). Tal es el caso del Bulevar/Parque Litoral María Montés en el malecón de Barahona, en fase de terminación, a un costo de RD$325.0 millones. De igual manera los RD$4,000 millones que tiene la Autoridad Portuaria Dominicana (Apordom) en carpeta para la rehabilitación de muelles y reconstrucción de atracaderos, sin que hasta la fecha haya algo definido al respecto.
Traigo esto a colación porque en noviembre 2012 el presidente Danilo Medina afirmó en Samaná que el gobierno "hará lo que sea necesario para apoyar el turismo de cruceros y convertir a la República Dominicana en la principal terminal caribeña de cruceros". A estas alturas quiero aclarar que mi propuesta de 2012 al Mitur sobre el "Area Internacional de Libre Comercio y Turismo de Barahona" fue meses antes de las declaraciones del presidente Medina de noviembre de ese mismo año.
Sin embargo, dentro de todo este diseño el Decreto No.144-05 (año 2005) interfiere con las intenciones del presidente de la República para desarrollar el turismo de cruceros en República Dominicana. Ese decreto creó la Comisión Presidencial para la Modernización y Seguridad Portuaria para realizar un diagnóstico de las principales debilidades del Sistema Portuario Nacional y plantear al Poder Ejecutivo propuestas en materia de modernización y seguridad portuaria. De las declaraciones del director de Apordom, Ramón Rivas, se desprende que nada se ha hecho al respecto lo que bloquea la aplicación de los RD$4,000 millones para la rehabilitación de muelles y reconstrucción de atracaderos.
Al mismo tiempo el señor Rivas reconoce que la Modernización del Sistema Portuario Nacional es un reto "fundamental y prioritario" para el país y a la vez nacional ya que la mayoría de proyectos de mejora, ampliación y construcción que se realiza en diferentes puertos se hacen gracias a convenios con empresas del sector usuarias de instalaciones portuarias y como respuestas a estipulaciones de contratos de concesión. Ahí vemos que este tipo de empresas (navieras, mayormente) conjuntamente con la inversión extranjera (u otras) conforman el "espectro social y empresarial sectorial" capaz de desarrollar en Barahona y Pedernales el turismo de cruceros, como han sabido hacerlo con otras zonas del país al igual que en materia de el comercio internacional.
En vista de lo anterior, es hora de modificar el Decreto 947-01 (o promulgar uno nuevo) que abra las puertas al "Área Internacional de Libre Comercio, Servicios y Turismo de Barahona y Pedernales", para dar prioridad al desarrollo del turismo de cruceros en ambas provincias. El turismo de cruceros en Barahona tiene como soporte la ciudad, el Bulevar/Parque Litoral María Montes y el Batey Central (Ingenio Barahona, Complejo Deportivo y la Zona Franca). En Pedernales la propia ciudad, la zona Franca, el Hoyo de Pelempito y lo más importante: la playa de Bahía de las Águilas como principal atractivo para los cruceristas.
La nueva "Operadora" y/o "espectro social y empresarial sectorial" debe estar consciente del ineludible compromiso con el desarrollo económico y social con la región Enriquillo, región de gran potencial para la inversión pública y privada, donde se destacan el parque energético Los Cocos, del Grupo Vicini; el Ingenio Barahona, el Bulevar/Parque Litoral María Montés, Zonas Francas, Hoteles, Complejo Deportivo Batey Central. Como apoyo, las actuales infraestructuras portuarias (Barahona – Cabo Rojo), aeroportuarias (Aeropuerto Internacional María Montés - Cabo Rojo), y las carreteras Barahona-Pedernales, Polo-Barahona y el Circuito Vial Lago Enriquillo.
En mi propuesta de 2013 al Mitur mencioné la "Terminal Turística Casandra Damirón" a construirse en el puerto local ó áreas circundantes (mencioné cinco alternativas). Conozco de un sistema (Sea-Walk) y/o muelle movible para cruceros, a un costo de US$7.5 millones (RD$322.0 millones) para instalar en Barahona y Pedernales, el que bien podría ser tomado en cuenta como el camino más corto para promover la zona en ferias internacionales de cruceros. Es por eso la importancia de un nuevo decreto o modificación del actual que defina las reglas de juego y la aplicación de fondos de parte de Mitur, Apordom y el “espectro social y empresarial sectorial”, de acuerdo con el Artículo 8 (c) del 947-01.
Pero si nada de lo anterior se logra o nada sucede no sería mala idea, en base a la “ley del menor esfuerzo”, integrar la provincia de Barahona a la Ley 28-01 de desarrollo fronterizo, una “ley de gran esfuerzo (como muchas otras) para prevenir por lo menos lo que sucedió con el "Complejo Industrial de la Zona Sur" del Siglo XX y lo que actualmente sucede en Barahona y Pedernales en el Siglo XXI con el Decreto 947-01 y la Ley 195-13 del Siglo XX: “Absolutamente nada”. A falta de eso, y perdonando la redundancia, solo es de esperar que "algún día", que no sea de "Siglo en Siglo", el sector público o privado tome la riendas del destino de la región Sur pues hoy día no se vislumbra la manera de como cambiar las cosas para bien de la región, por lo menos en materia turística.
eduardofranjul@yahoo.com
Esas herramientas no existían en el Siglo XX cuando la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE) introdujo el proyecto "Complejo Industrial de la Zona Sur" valorado en RD$27.0 millones - a la par con el dólar -, hoy día RD$1,161 millones al 43 X 1. Las intenciones eran: (a) Trasladar las instalaciones de la empresa Sal y Yeso del muelle de Barahona a Barranca, en Bahía de Neiba (que es de Barahona); (b) Construir un muelle en Barranca para la explotación/exportación de yeso, mármol y travertino, y (c) Construir una fábrica de cemento en Barahona.
En aquel entonces nada se hizo porque no existía un "espectro social y empresarial barahonero" que cargara sobre sus hombros por lo menos con parte de tan importante iniciativa empresarial para hacerla realidad, como era la intención. El caso opuesto es el Decreto No.667-04 (año 2004) que creó el "Área Internacional de Libre Comercio y Servicios de Montecristi", teniendo a la Corporación Portuaria del Atlántico como "Operadora, o sea, un "espectro social y empresarial cibaeño" compuesto por 74 inversionistas y/o "empresarios de pura cepa".
Se desprende que el Decreto 667-04 es consecuencia del Decreto 947-01; lo único que descarta es el componente minero dentro de un esquema de desarrollo de comercio internacional de zonas francas logísticas. Fue tomando en consideración el Decreto 667-04 que propuse en 2013 al Ministerio de Turismo (Mitur) la creación del "Área Internacional de Libre Comercio y Turismo de Barahona" para promover el desarrollo del turismo de cruceros y del tipo “todo incluido” (sol y playa) en un radio de cuatro kilómetros en el litoral costero que se extiende desde Barahona hasta playa Saladillas-Rio Caño.
Del decreto 947 del año 2001 me enteré en febrero de 2014 gracias al amigo Humberto Báez (Tico). Desde entonces nada ha sucedido lo que demuestra que en Barahona todavía no existe un "espectro social y empresarial" que influya o dinamice la economía, al menos que las cosas cambien: sea empujando, emprendiendo, a "raja tablas" o "jodiendo la paciencia". Pero sea lo que sea, hay que hacer las cosas con respeto, orden, altura y dignidad, nunca mendigando, aún sabiendo que hay gente que "escucha y mira para otro lado". A lo mejor aparece alguien corto de vista "que escuche sin mirar para ningún lado".
A falta del "espectro social y empresarial barahonero" vale la pena, como sustituto, remover las cenizas procurando el bien de la región Sur. El Artículo 8 (c) del Decreto 947-01 dice lo siguiente: "Adecuar las instalaciones portuarias existentes en cada provincia (si las hay), con el fin de dotarlas de los medios tecnológicos necesarios para el trasbordo de mercancías de carga a nivel internacional así como para el manejo de cruceros turísticos y comerciales". Con el Artículo 8 (c) trato de descartar el componente minero del Decreto 947-01 que dé paso al fomento del turismo de cruceros y el “todo incluido”, dejando intacto los demás componentes del comercio internacional, lo que es tema de otra entrega.
Si observamos bien, el componente de comercio internacional fue lo único que tomó en cuenta el "espectro social y empresarial cibaeño" que gestionó la promulgación del Decreto 667-04 para impulsar el desarrollo de la región Norte. Mi propuesta es que se revise el Decreto 947-01 que dé prioridad al desarrollo del turismo de cruceros en Barahona y Pedernales, adecuando las actuales infraestructuras portuarias para impulsar el desarrollo de la región Enriquillo. Es la alternativa más idónea, independientemente de las medidas que se puedan tomar en favor del turismo receptivo (“todo incluido” y/o sol y playa) y el fortalecimiento del comercio internacional.
Para destacar el turismo de cruceros hay que barajar varias alternativas que justifiquen la modificación del decreto. En lo que concierne a recursos para la adecuación de las infraestructuras hay que tomar en cuenta los decretos turísticos sobre "tasas y derechos aeroportuarios" que permiten al Mitur realizar obras de infraestructura turística (i.e., Ceiztur). Tal es el caso del Bulevar/Parque Litoral María Montés en el malecón de Barahona, en fase de terminación, a un costo de RD$325.0 millones. De igual manera los RD$4,000 millones que tiene la Autoridad Portuaria Dominicana (Apordom) en carpeta para la rehabilitación de muelles y reconstrucción de atracaderos, sin que hasta la fecha haya algo definido al respecto.
Traigo esto a colación porque en noviembre 2012 el presidente Danilo Medina afirmó en Samaná que el gobierno "hará lo que sea necesario para apoyar el turismo de cruceros y convertir a la República Dominicana en la principal terminal caribeña de cruceros". A estas alturas quiero aclarar que mi propuesta de 2012 al Mitur sobre el "Area Internacional de Libre Comercio y Turismo de Barahona" fue meses antes de las declaraciones del presidente Medina de noviembre de ese mismo año.
Sin embargo, dentro de todo este diseño el Decreto No.144-05 (año 2005) interfiere con las intenciones del presidente de la República para desarrollar el turismo de cruceros en República Dominicana. Ese decreto creó la Comisión Presidencial para la Modernización y Seguridad Portuaria para realizar un diagnóstico de las principales debilidades del Sistema Portuario Nacional y plantear al Poder Ejecutivo propuestas en materia de modernización y seguridad portuaria. De las declaraciones del director de Apordom, Ramón Rivas, se desprende que nada se ha hecho al respecto lo que bloquea la aplicación de los RD$4,000 millones para la rehabilitación de muelles y reconstrucción de atracaderos.
Al mismo tiempo el señor Rivas reconoce que la Modernización del Sistema Portuario Nacional es un reto "fundamental y prioritario" para el país y a la vez nacional ya que la mayoría de proyectos de mejora, ampliación y construcción que se realiza en diferentes puertos se hacen gracias a convenios con empresas del sector usuarias de instalaciones portuarias y como respuestas a estipulaciones de contratos de concesión. Ahí vemos que este tipo de empresas (navieras, mayormente) conjuntamente con la inversión extranjera (u otras) conforman el "espectro social y empresarial sectorial" capaz de desarrollar en Barahona y Pedernales el turismo de cruceros, como han sabido hacerlo con otras zonas del país al igual que en materia de el comercio internacional.
En vista de lo anterior, es hora de modificar el Decreto 947-01 (o promulgar uno nuevo) que abra las puertas al "Área Internacional de Libre Comercio, Servicios y Turismo de Barahona y Pedernales", para dar prioridad al desarrollo del turismo de cruceros en ambas provincias. El turismo de cruceros en Barahona tiene como soporte la ciudad, el Bulevar/Parque Litoral María Montes y el Batey Central (Ingenio Barahona, Complejo Deportivo y la Zona Franca). En Pedernales la propia ciudad, la zona Franca, el Hoyo de Pelempito y lo más importante: la playa de Bahía de las Águilas como principal atractivo para los cruceristas.
La nueva "Operadora" y/o "espectro social y empresarial sectorial" debe estar consciente del ineludible compromiso con el desarrollo económico y social con la región Enriquillo, región de gran potencial para la inversión pública y privada, donde se destacan el parque energético Los Cocos, del Grupo Vicini; el Ingenio Barahona, el Bulevar/Parque Litoral María Montés, Zonas Francas, Hoteles, Complejo Deportivo Batey Central. Como apoyo, las actuales infraestructuras portuarias (Barahona – Cabo Rojo), aeroportuarias (Aeropuerto Internacional María Montés - Cabo Rojo), y las carreteras Barahona-Pedernales, Polo-Barahona y el Circuito Vial Lago Enriquillo.
En mi propuesta de 2013 al Mitur mencioné la "Terminal Turística Casandra Damirón" a construirse en el puerto local ó áreas circundantes (mencioné cinco alternativas). Conozco de un sistema (Sea-Walk) y/o muelle movible para cruceros, a un costo de US$7.5 millones (RD$322.0 millones) para instalar en Barahona y Pedernales, el que bien podría ser tomado en cuenta como el camino más corto para promover la zona en ferias internacionales de cruceros. Es por eso la importancia de un nuevo decreto o modificación del actual que defina las reglas de juego y la aplicación de fondos de parte de Mitur, Apordom y el “espectro social y empresarial sectorial”, de acuerdo con el Artículo 8 (c) del 947-01.
Pero si nada de lo anterior se logra o nada sucede no sería mala idea, en base a la “ley del menor esfuerzo”, integrar la provincia de Barahona a la Ley 28-01 de desarrollo fronterizo, una “ley de gran esfuerzo (como muchas otras) para prevenir por lo menos lo que sucedió con el "Complejo Industrial de la Zona Sur" del Siglo XX y lo que actualmente sucede en Barahona y Pedernales en el Siglo XXI con el Decreto 947-01 y la Ley 195-13 del Siglo XX: “Absolutamente nada”. A falta de eso, y perdonando la redundancia, solo es de esperar que "algún día", que no sea de "Siglo en Siglo", el sector público o privado tome la riendas del destino de la región Sur pues hoy día no se vislumbra la manera de como cambiar las cosas para bien de la región, por lo menos en materia turística.
eduardofranjul@yahoo.com
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