POR LEONARDO PLATA.
Fuente Ecos del Sur...
El
periodismo, es uno de los ejercicios, más importante del sistema
democrático de cualquier país, por su implicación en todas las
actividades económicas, políticas, sociales y noticiosas.
En la
república dominicana, el ejercicio periodístico, ha jugado un papel de
primer orden, ya que ejerce presión o influencia que contribuye a la
transparencia y a mejorar los servicios públicos del estado dominicano
para todo el conglomerado social.
Es un instrumento de
desarrollo, porque educa, edifica, informa, es un fiel guardián de la
democracia y de la libertad, no solamente de expresión, si no que pone
en manos de lo ciudadanos comunes, un instrumento para denunciar las
malas acciones de los gobiernos y de sus funcionarios.
No debería
estar al servicio de particulares, como si fuéramos promotores o
encargados de venta de tal o cual institución o funcionario en
particular, porque se estaría desnaturalizando su esencia, y se
convierte en cómplice silente de actos de corrupción que perjudican al
pueblo en sentido general.
La ética, los principios, deben
siempre de acompañar no solamente este ejercicio noble y arriesgado, si
no cualquier otra actividad social que se realiza en favor de la
colectividad, creando así una conciencia colectiva de honradez y
seriedad que es fundamental para el avance y progreso de los pueblos.
Sabemos
de la gran precariedad de quienes ejercen este noble oficio, pero esto
no es excusa para sucumbir y ponernos de rodillas ante la opulencia y el
oro corruptor de quienes se roban el dinero del estado dominicano, porque
seríamos igual a ellos.
Sabemos que en nuestro país, no se ejerce
este oficio con plena libertad de expresión, sabemos que cuando se
ataca o se denuncia actos graves de los gobiernos de turno, la
intolerancia saca sus garra para poder callar e intimidar a los
periodistas y comunicadores.
Otra forma más elegante, pero igual
de coacción, el comprar la conciencia de quienes se convierten en
verdaderos dolores de cabezas por sus constantes ataques y denuncias a
funcionarios, es una forma muy peculiar que se utiliza en este país,
para buscar el silencio cómplice de los medios de comunicación, y así
salirse con la suya.
El periodismo es una herramienta social y
moral, que alimenta la conciencia de la mayoría, celoso guardián de los
mejores intereses de la nación, que sustenta el estado democrático y de
derecho de nuestro país; jamás debemos callar ante las acciones dolosas,
ante la impunidad y ante la prepotencia de quienes se creen amo y
señores del estado dominicano, porque seríamos cómplices de toda esta
barbaridad.
Dijo la destacada periodista dominicana, María
Cristina Rodríguez; "Con esto se se irrespeta y se burla el ejercicio
periodístico y al periodista en sí, que es tratado como un obrero
metalúrgico del siglo XVIII por muchos políticos de todos los partidos,
religiosos, militares y empresarios, que viven pregonando a los cuatros
vientos que respetan toda corriente de pensamiento, que apoyan la
libertad de expresión y que felicitan al periodista en su día. ¡Esto es
una vil mentira!.
Y es que ya lo decía ese gran luchador por los
derechos civiles y políticos de los negros en estados unidos y que
repercutió en el mundo, el Doctor Martin Luther King. "Nuestra
generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos,
como del estremecedor silencio de los bondadosos".
Hay que poner
los intereses del país, por encima de los intereses personales
políticos, porque la patria somos todos, y debemos siempre buscar lo
mejor para nuestra nación.
! Que viva la República Dominicana!, !Que viva la libertad de expresión!
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