ESPAÑA-
Documentos confidenciales en poder de los herederos del dictador
dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina, revelan que este no murió
como creen la mayoría de los dominicanos.
Víctima
de un complot en la carretera que conduce a San Cristóbal, sino que
se trató de un montaje para ocultar al país, la salida de
éste al
exterior producto de negociaciones con las autoridades norteamericanas.
Los
documentos pertenecientes a la familia Trujillo estaban en poder del
fenecido Ramfis, hijo mayor del dictador dominicano y quien murió
víctima de un accidente automovilístico ocurrido en París, en la
actualidad los mismos reposan en una caja fuerte de la que solo tiene
acceso Ramses, uno de los hijos de Ramfis.
éste al exterior producto de negociaciones con las autoridades norteamericanas.
Los
documentos pertenecientes a la familia Trujillo estaban en poder del
fenecido Ramfis, hijo mayor del dictador dominicano y quien murió
víctima de un accidente automovilístico ocurrido en París, en la
actualidad los mismos reposan en una caja fuerte de la que solo tiene
acceso Ramses, uno de los hijos de Ramfis.
Según
datos filtrados por Ramses a uno de sus amigos de la universidad, su
abuelo fue convencido por el gobierno norteamericano para que
abandonara el poder en vista del desgaste de la dictadura que encabezó
por mas de 30 años, y para evitar que grupos de exiliados apoyados por
el régimen comunista de Fidel Castro capitalizaran el descontento
popular y tomaran el poder.
La
'verdad' histórica acerca del ajusticiamiento del tirano dista mucho
de la realidad; portando una nueva identidad que incluía una
sofisticada cirugía plástica que le cambió drásticamente su físico y
cara, y con la nada despreciable suma de 700 millones de dólares.
Trujillo
se estableció en España, donde era visitado en secreto por sus hijos y
esposa, así como por el doctor Joaquín Balaguer.
El
deceso de Manuel Jiménez, que fue la nueva identidad dada al hombre
fuerte puesto por los norteamericanos al frente del Ejército
dominicano luego de la intervención que culminó en el 1929, se produjo
en realidad en 1990 a la edad de 99 años.
El deceso de Manuel Jiménez, que fue la nueva identidad dada al hombre fuerte puesto por los norteamericanos al frente del Ejército dominicano luego de la intervención que culminó en el 1929, se produjo en realidad en 1990 a la edad de 99 años.
A los servicios fúnebres oficiados en el mayor secreto solo asistieron cuatro personas.
Según
Ramses Trujillo, para simular la muerte de su abuelo se procedió a
usar como doble a Wenceslao Tejada, un agricultor nativo de Villa de
los Almácigos, de la línea noroeste, quien tenía un parecido
extraordinario con el 'Jefe'.
Según Ramses Trujillo, para simular la muerte de su abuelo se procedió a usar como doble a Wenceslao Tejada, un agricultor nativo de Villa de los Almácigos, de la línea noroeste, quien tenía un parecido extraordinario con el 'Jefe'.
La
similitud era tal que en ocasiones se le utilizó para hacerlo pasar
por Trujillo cuando habían rumores acerca de complots contra el tirano;
vistiéndolo con su uniforme y desplazándolo en el vehículo de éste por
las rutas consideradas peligrosas, mientras que el tirano viajaba de
incógnito en otro carro.
Tejada
se encontraba en poder de Johnny Abbes García, Jefe del Servicio de
Inteligencia Militar (SIM), a la espera de la ejecución del plan, que
aunque se realizó la noche del 30 de mayo de 1961, se estaba
planificando desde hacía mas de un año.
Los
participantes en el complot para matar a Trujillo también fueron
engañados por enlaces militares quienes tenían la misión de hacerles
creer que el hombre que se dirigía esa noche a San Cristóbal, era el
Jefe, cuando en realidad no fue así.
Los participantes en el complot para matar a Trujillo también fueron engañados por enlaces militares quienes tenían la misión de hacerles creer que el hombre que se dirigía esa noche a San Cristóbal, era el Jefe, cuando en realidad no fue así.
La perfección del plan fue tal que todos los héroes murieron creyendo que habían asesinado al sanguinario gobernante.
La ejecución del complot se aceleró a raíz de los atentados de las fuerzas trujillistas contra el Presidente de Costa Rica, José Figueres, el cual fue frustrado en mayo de 1957, también por la muerte del Presidente de Guatemala Carlos Castillo Armas, el 27 de julio del mismo año, por órdenes del dictador.
Con financiamiento del tirano dominicano se montó otro atentado contra Rómulo Betancourt, Presidente de Venezuela quien sobrevivió milagrosamente cuando su vehículo fue impactado por un carro bomba.
Todas estas acciones determinaron que para los Estados Unidos no fuera supuestamente conveniente su permanencia al frente del gobierno dominicano.
Fuente. ElPais.
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