EL MERCADO DE BARAHONA "En Barahona Hoy"

Por: Lic. Manuel Reyes Suero. Un mercado es una institución  muy importante para el  desarrollo socio-económico de una colectividad. Es la empresa económica   que coadyuva a mantener  el enlace financiero  entre compradores y vendedores.  Ese enlace  connotativo  fortalece  la actividad económica  de un conglomerado social que recibe ingresos a costa de compradores efímeros  que desembolsan efectivos para satisfacer sus
necesidades más  perentorias  tendientes a la  cotidiana alimentación.  Nuestro mercado tiene una categoría  específica  al ser un mercado regional que suple las necesidades de la  Región  Enriquillo.

Desgraciadamente el mercado que tenemos es un verdadero muladar  que le caben todos los calificativos, todos los sinónimos de putrefacción: mugroso, asqueroso, churretoso,  puerco, cochino, churriento, cochambroso, inmundo, poluto, suciedad, cochambre, basura, etc. Convirtiéndose  dicho mercado en  agente transmisor  de graves enfermedades  para los ciudadanos. Cuando llueve las aguas pestilentes que salen del Cementerio  Municipal que está a menos de 2 metros  del mercado inundan toda el área donde se expenden algunos de los productos que se comercializan en el suelo por la falta de un local para el alojamiento adecuado de esas mercancías.

Barahona, es una ciudad  que en las últimas décadas  ha tenido un crecimiento vertical acelerado. Se precisa  la construcción de un moderno mercado que esté a tono  con el desarrollo socio-económicos de la región. Está bueno ya de tener el mercado más sucio de la República Dominicana. Cuando hay precipitación  de las  aguas constituye una odisea al pasar por dentro del mercado ocasionado por el cieno putrefacto que esas aguas arrastran.

Los Barahoneros somos gentes tolerantes sin movilidad social. Si es en otro pueblo que subsiste  un mercado en esas condiciones, las marchas, las protestas y los pronunciamientos de sus componentes sociales se harían sentir hasta en el cielo . Pero de seguro  lograrían la meta de sus propuestas.


¿Qué  pensarán los que nos visitan tanto nacionales como extranjeros al ver como mercado a una pocilga?

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