POR ALEJANDRO SANTANA
Altagracia Puello, ingresó a Salud Publica en el 1970, como
enfermera practica en su natal de loma de Cabrera, luego de caminar
todas las áreas del centro medico de su localidad, viaja a Dajabón y se
gradúa como enfermera auxiliar.
Los amores la trasladan a esta ciudad pues su esposo es oriundo de esta provincia, llegaron a procrear cuatro hijos de esos una de sus hijas es medico, otra siguió sus pasos, es enfermera aunque no lo esta ejerciendo.
Llego muy joven a la sala de un hospital, con la firme convicción de servir a los demás, esa ha sido su carta de presentación, la que pese a los años ha mantenido en alto.
Como toda enfermera es una persona responsable, no han valido los problemas familiares para quedarse en su casa y dejar de acudir a sus turnos cuando los hacia en horas de la noche.
Aunque reconoce que las enfermeras que son el personal que vive ligado a los pacientes en las salas de los hospitales, son mal valorada por las personas que desconocen su abnegación y entereza en sus labores.
En esta ciudad, ingresa nuevamente al sistema de salud pública el 13 de octubre del año de 1978 al área de emergencia, desfilando por todas las especialidades de ese centro de salud.
En la actualidad, a sus 68 años esta en el área de pediatría en consulta externa matutina, donde brinda sus servicios con el mismo amor que cuando comenzó hace 43 años.
Mantiene el mismo brío que cuando joven, aunque entiende que debe retirarse y esta esperando que el sistema aplique a ella lo que indica la ley por sus años en el servicio.
Cuando nos interesamos por ella para realizar este trabajo, recibimos de sus compañeras y jefes inmediatos, muy buenas referencias sobre su desempeño, como profesional, como ser humano, como compañera de trabajo.
Asegura que aunque anduvo todas las áreas en los centros médicos donde trabajo siempre estuvo lejos de los abortos, porque su compromiso desde que se intereso por la enfermería fue de conservar la vida de los pacientes que les toco atender.
Dice que el personal de enfermería en cualquier hospital es el personal mas sacrificado, hay que renunciar, literalmente a las necesidades personales para dedicarse en cuerpo y alma a los demás a quienes necesitan por lo menos un buen trato en su lecho de enfermo.
Asegurando que ahora es mas fácil porque cuando comenzó se hacían siete noches corridas, hoy hay turnos que les permiten dedicar mas tiempo a los suyos, reconociendo a seguidas que con el don de servir a los demás se nace,!las buenas enfermeras nacen! Aunque haya que formarse en academias y Universidades.
Altagracia es una mujer que a sus 68 años tiene muchos ejemplos que aportar a nuestros jóvenes, como son la educación, honestidad, disposición al trabajo y dejar salir el amor hacia los demás don con que el señor nos creo.
Los amores la trasladan a esta ciudad pues su esposo es oriundo de esta provincia, llegaron a procrear cuatro hijos de esos una de sus hijas es medico, otra siguió sus pasos, es enfermera aunque no lo esta ejerciendo.
Llego muy joven a la sala de un hospital, con la firme convicción de servir a los demás, esa ha sido su carta de presentación, la que pese a los años ha mantenido en alto.
Como toda enfermera es una persona responsable, no han valido los problemas familiares para quedarse en su casa y dejar de acudir a sus turnos cuando los hacia en horas de la noche.
Aunque reconoce que las enfermeras que son el personal que vive ligado a los pacientes en las salas de los hospitales, son mal valorada por las personas que desconocen su abnegación y entereza en sus labores.
En esta ciudad, ingresa nuevamente al sistema de salud pública el 13 de octubre del año de 1978 al área de emergencia, desfilando por todas las especialidades de ese centro de salud.
En la actualidad, a sus 68 años esta en el área de pediatría en consulta externa matutina, donde brinda sus servicios con el mismo amor que cuando comenzó hace 43 años.
Mantiene el mismo brío que cuando joven, aunque entiende que debe retirarse y esta esperando que el sistema aplique a ella lo que indica la ley por sus años en el servicio.
Cuando nos interesamos por ella para realizar este trabajo, recibimos de sus compañeras y jefes inmediatos, muy buenas referencias sobre su desempeño, como profesional, como ser humano, como compañera de trabajo.
Asegura que aunque anduvo todas las áreas en los centros médicos donde trabajo siempre estuvo lejos de los abortos, porque su compromiso desde que se intereso por la enfermería fue de conservar la vida de los pacientes que les toco atender.
Dice que el personal de enfermería en cualquier hospital es el personal mas sacrificado, hay que renunciar, literalmente a las necesidades personales para dedicarse en cuerpo y alma a los demás a quienes necesitan por lo menos un buen trato en su lecho de enfermo.
Asegurando que ahora es mas fácil porque cuando comenzó se hacían siete noches corridas, hoy hay turnos que les permiten dedicar mas tiempo a los suyos, reconociendo a seguidas que con el don de servir a los demás se nace,!las buenas enfermeras nacen! Aunque haya que formarse en academias y Universidades.
Altagracia es una mujer que a sus 68 años tiene muchos ejemplos que aportar a nuestros jóvenes, como son la educación, honestidad, disposición al trabajo y dejar salir el amor hacia los demás don con que el señor nos creo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario