POR ALEJANDRO SANTANA
Dentro del concepto de lo que se conoce como bromas pesadas, debemos inscribir esta debido al ribete trágico que envolvió al momento de producirse.
Me contaron, que un amigo amaneció un día cualquiera con el espíritu de bromista y decide dar riendas sueltas a ese tipo de antojo que se le ocurrió.
Se sentó en un parque de la ciudad con cara de congoja, apesadumbrado y preocupado, un amigo llamado Luis, al verlo en esa pose se le acerca y le pregunta ?pero hombre que te pasa?.
Manuel que era el nombre del bromista casual, comienza diciéndole, ¡hay, Luis, la vida es dura!, tengo un dolor de muela que me esta llevando el diablo, pero lo peor no es eso, lo peor fue que llegue a mi casa y encontré a mi mujer con otro.
¡Con otro hombre, amigo!, que pasa Luis, tu sabes que mi mujer es una santa, la encontré con otro dolor de muela y acto seguido comenzó una risotada.
Luis al darse cuenta de la broma, le contesto al amigo Manuel, ¡está bien me jugaste una broma, pero no me quedo con ella! iré al próximo parque y se la hago a otro tonto.
Acto seguido, fue a un parque muy cercano a su casa, y asume la misma pose trágica que observo en Manuel, al cavo de varios minutos se le acerca un vecino y le hace la pregunta.
Luis, que pasa contigo que tienes,!hay vecino la vida es cruel, es dura y traicionera!, tengo un maldito dolor de cabeza que amenaza con acabar con migo, figúrate que fui a mi casa y encontré a mi mujer con otro.
El vecino conocedor de las andadas de la mujer de Luis, se la suelta sin maquillaje, que bueno hombre que haya sido tu el que la encontrara.
Te lo digo porque aquí en el barrio todos sabemos eso de tu mujer, pero como tu eres un hombre violento, nadie te lo quería decir !que bueno que la encontraras tu y que no la hayas matado amigo.
Entre las bromas pesadas de mi repertorio, entiendo que esa debe catalogarse de muy cruel por lo trágico que resulta y que revela una verdad que a cualquier hombre le produce un fuerte dolor en el mismo centro del pecho.
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