La enseñanza, tras la doble victoria de José, en el CC del PLD.




Por: Kilssy Méndez

la autora es periodista y locutora vive en Barahona


A pocas horas del cierre oficial de los centros de votaciones en Barahona, ya era oficial que Rudy María Méndez (Ñiñin), era la nueva miembro del Comité Central por el Partido de la Liberación Dominicana en la provincia. Triunfo que al pasar los días quedó completamente confirmado conforme seguía el conteo, a pesar del disgusto de los que no pudieron pasar y sus diferentes alegatos.

La alegría del equipo de José del Castillo y de otros dirigentes que respaldaban a Ñiñin no se hizo esperar, como cualquier otro ganador, celebraban los frutos que dio el esfuerzo de su trabajo llevado a cabo, o más bien, del trabajo que apenas empieza, porque no fue un regalo, fueron electos para continuar con el compromiso que han adquirido.

Pero las sorpresas no se hicieron esperar a pesar del torbellino climático que dejaron los resultados del octavo Congreso Norge Botello, cuando se dio a conocer la decisión del Presidente de la República, Danilo Medina, de hacer oficialmente miembro del Comité Central por la cuota del partido al licenciado José del Castillo Saviñón, dejando a más de uno con un doble sabor amargo en los paladares que en algún momento despotricaron en contra de este dirigente peledeista y los que creyeron haber terminado con las aspiraciones y expectativas de José al CC, afilando el cuchillo que terminó en sus propias gargantas.


Así es, la jugada que en un momento dado, muchos creyeron que le cerraba el terreno a Del Castillo Saviñón, no solo les permitió estar dentro del comité por decisión del presidente, sino que Ñiñin, una de las manos derechas de José, una mujer que goza de toda su consideración y admiración obtuvo el único puesto disponible en la provincia de Barahona, fortaleciendo aún más a un equipo con hechura de concreto armado como lo han demostrado.

Pero más allá de enfatizar la doble victoria obtenida por este equipo, este resultado nos deja a todos una enseñanza muy básica de lo que es vivir y dejar vivir, de que el respeto al derecho ajeno es el primer paso a un camino de paz y que aunque las aguas cambien su curso en un momento dado y los vientos no se muevan a nuestro favor, lo que esta para uno ni que nos quitemos y lo que no está, ni que nos pongamos.

 

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