may 2015, 00:34 AM
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- La tendencia es adversa: de manera paulatina y sostenida la tasa de suicidio ha venido creciendo en la República Dominicana. De acuerdo con los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) la tasa nacional de suicidio ha aumentado en casi un 32% desde el año 2000, pasando de 5 suicidios por cada cien mil habitantes mayores de cinco años a casi 7 en 2014.
A principios de la década pasada hubo algunos años en que la tasa llegó a reducirse bastante (4.2 en 2001 y 3.7 en 2004), pero lleva casi una década situándose entre los 5 y 7.6 casos por cada cien mil personas mayores de cinco años.


Si se comparan los números absolutos, los casos han aumentado un 55%, al pasar de 359 en el año 2000 a 557 en 2014.
Esta situación preocupa en gran medida a los trabajadores de la salud mental, tanto por el incremento de los casos, como por su caracterización. El psiquiatra José Miguel Gómez advierte que, además de que aumentan los suicidios, el incremento parece notablemente mayor en la población joven.
La tasa de suicidio lleva casi una década situándose entre los 5 y 7.6 casos por cada cien mil personas mayores de cinco años.
En los datos de la ONE se observa que entre 2007 y 2013 el rango poblacional con mayor cantidad de suicidios fue el conformado por los jóvenes de entre  20 y 24 años, con 463 casos.
Gómez, quien fue presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, apunta que, a edades tempranas, el problema suele estar vinculado a la depresión, que es la primera causa de suicidio en el mundo, y que en estos casos suele venir acompañada de rupturas amorosas, dependencia a drogas o alcohol y falta de madurez para enfrentar problemas de carácter emocional, social y económico.
Después de los 24, el nivel de suicidio se mantiene alto hasta los 44 años, cuando vuelve a descender, y repunta en el rango que agrupa a las personas mayores de 65.
El psiquiatra explica que a esta edad la causa generalizada también es la depresión, pero originada por razones distintas: viudez, soledad, abandono familiar, desesperanza, enfermedades, trastornos psiquiátricos...
El 86.2% de las personas que se suicidaron entre 2000 y 2013 fueron hombres.
Otro dato importante en la caracterización del problema tiene que ver con el sexo de las víctimas. En la República Dominicana, como en el ámbito internacional, los hombres tienen más probabilidades de suicidarse que las mujeres.
Aquí, el 86.2% de las personas que se suicidaron entre 2000 y 2013 fueron hombres. Esta curiosa proporción tiene lugar a pesar de que, según la OMS las mujeres son más propensas a la depresión, y aunque, según los datos que cita Gómez, ellas piensan tres veces más que los hombres en la posibilidad que quitarse la vida.
El doctor Gómez asegura que los números se explican porque los hombres suelen utilizar métodos más letales para cometer suicidio: "Ellos se suicidan más con armas de fuego, con ahorcamiento, con lanzamiento al vacío, poniendo un vehículo a alta velocidad…  En el caso de las mujeres, utilizan métodos blandos o en los que muchas veces pueden ser asistidas, como es la utilización de medicamentos o las cortaduras", comenta.
La inequidad social mata
¿Por qué aumenta la tasa de suicidios? ¿Qué rasgos de la sociedad pueden estar asociados este incremento? Cuando se le formulan las preguntas al doctor Gómez él repara en un aspecto de carácter eminentemente social: la desigualdad.
"Es cierto que la República Dominicana ha venido logrando indicadores importantes en términos socioeconómicos, pero no es menos cierto que la distribución de la riqueza es muy desigual y muy excluyente. Eso se refleja en lo psicosocial", explica.
"...La distribución de la riqueza es muy desigual y muy excluyente. Eso se refleja en lo psicosocial". José Miguel Gómez, psiquiatra.
Alimenta la idea con los propios datos de suicidio, citando que las demarcaciones con mayor número de suicidios no son precisamente las más pobres, sino las más desiguales.
En efecto, las estadísticas indican que las provincias en que se registraran más casos son Santo Domingo, Santiago y el Distrito Nacional, grandes ciudades en que la vida ostentosa comparte espacio con la miseria extrema.
En cambio, las provincias que componen el cordón fronterizo, que son casi homogéneamente pobres, son las que registran menos suicidios.
La relación se explica porque, en los países en vía de desarrollo es más usual que la depresión que lleva al suicidio tenga su detonante en las limitaciones de carácter socioeconómico y, por lo tanto, será más común en las zonas en que hay mayor marginalidad. "Cuando ves el suicidio por provincia, encuentras que es más alto donde hay mayor marginalidad, donde la gente ha venido a pasar de una vida rural a una vida urbana, pero se queda en los cordones de miseria, en la periferia, lejos de esa calidad de vida que vino a buscar", precisa Gómez.
En estos escenarios, las causas de suicidio más comunes son, "lógicamente, causas como el desempleo, la frustración, la desesperanza, la exclusión social, la mala calidad de vida".
Cabe preguntarse, entonces, por qué en países del "mundo desarrollado" están encabezando las listas de los países con mayor tasa de suicidios del mundo. El especialista de la psiquiatría sostiene que, en esos lugares, las causas tienen matices distintos. Los casos de suicidio están más asociados a la depresión producida por variables socioculturales menos vinculadas a la desigualdad o la pobreza, y más a la parte afectiva de las personas:"Te encuentras otras variables, como la soledad, la viudez, la falta de solidaridad, la falta de vida gregaria, el aumento del alcoholismo, los problemas de salud mental, el envejecimiento con deterioro en su calidez de vida".
Partiendo de esta idea se podría asumir que las características de gregaria y sociable que engalanan la cultura dominicana son, de alguna forma, una manta protectora, pero esta ventaja se está perdiendo. "La misma inseguridad ciudadana es un factor que está cambiando la forma de vida de los dominicanos", destaca Gómez.
Luego señala que, aunque no hay estudios acabados sobre el tema, los psiquiatras suelen identificar la depresión como su primera causa de consultas e internamientos.
A nivel mundial, el escenario en torno a este tema no es alentador. Los indicadores de salud mental son cada vez más preocupantes, al punto de que la Organización Mundial de la Salud proyecta que, para 2020, la depresión será la primera causa de discapacidad y disfuncionalidad en el mundo.

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