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| Lic. Manuel Reyes Suero |
Nota:
Enviada A Barahona Hoy.- La
provincia de Barahona está enclavada en el Suroeste de la República Dominicana,
posee las condiciones paradisíacas más subyugantes y maravillosas que
provincia
alguna posea en este territorio quisqueyano.
Tiene
hermosas playas tales como: Acapulco, Playa Andino, Saladillas, Río Caño, el
Cayo, el Quemaito, San Rafael, Playa Bahoruco, la Ciénaga, Los Patos, Playa
Azul y Punta Inglesas que es el olimpo y parnaso barahonero donde las musas de
los vates coterráneos reciben el suave céfiro de las mañanas invernales con
ósculos candorosos de los cimbreantes flamboyanes y el constinicio matutino de
los algarrobos.
En
lontananza la imponente Loma del Curro Palenque inexpugnable del Cacique Tamayo
donde la Caracola Marina, resonaba contra los expoliadores ibéricos como señal
de repudio y rebeldía.
Su
subsuelo tiene minas de sal, yeso, mármol, larimar, sílice, arena, hierro y
azufre.
¿Es
posible que Barahona, contando con tantas bellezas paradisíacas: Montañas,
Campo Magnéticos, Ríos, Lagunas y Playas aptas para el turismo y el ecoturismo;
La común cabecera este en condiciones lamentable y deplorable, cenicienta, con
sus calles polvorientas y sus habitantes viviendo en condiciones infrahumanos
pasando hambre y todas de clases necesidades y desempleo porque no hay las
suficientes unidades productivas para satisfacer el sustento de la
subsistencia?
Barahona,
es un pueblo olvidado, abandonado y menospreciado por todos los gobiernos que
han pasado por el solio presidencial.
¡Oh pueblo
mío! Tan lejos de Dios y tan cerca de los demagogos que te han ofrecido villas
y castillos, mientras eres un paraíso en el Infierno.
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