Las enfermedades no transmisibles y la importancia de prevenirlas

Las enfermedades no transmisibles y la importancia de prevenirlas
EL AUTOR es medico. Reside en Santo Domingo.

La directora general de la Organización Mundial de la Salud, doctora Margaret Chan, informó en enero del año 2015 que 38 millones de seres humanos mueren cada año como consecuencia de las enfermedades no transmisibles. 

 De éstas defunciones 16 millones corresponden a muertes prematuras, ocurridas antes de la persona cumplir 70 años, causadas por cardiopatías, neumopatías, hipertensión arterial, cáncer, diabetes y accidentes cerebro-vasculares.  Todas clasificadas como enfermedades no transmisibles, conocidas por la sigla ENT.  También se encuentran en este grupo las enfermedades producidas por el uso del tabaco, alimentación incorrecta, consumo nocivo de alcohol y poca actividad física.


   La mayoría de estas muertes se pueden evitar con la implementación de medidas sencillas en el estilo de vida de las personas.  Lo más lamentable es que el mayor porcentaje (82%) de estas muertes sucede en países con desarrollo humano medio y bajo.
   Para lograr mejorar los indicadores de las muertes producidas por enfermedades no transmisibles se deben establecer y desarrollar políticas de salud estatales para prevenir estos males.  Sin embargo, en el año 2013 sólo 70 países tenían, por lo menos un plan nacional relacionado con la prevención y el control de estas enfermedades, a pesar de que muchas naciones se comprometieron a hacerlo no lo han hecho.
En la segunda reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre enfermedades no transmisibles, celebrada en el año 2014, los países signatarios hicieron el compromiso formal de por lo menos establecer metas nacionales sobre estas enfermedades para el año 2015.  Entre estas metas están la reducción del uso nocivo del alcohol en al menos el 10 por ciento, incrementar la actividad física en la población, reducir la mortalidad general por enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades crónicas en un 25 por ciento.
   Metas no menos importantes son las de reducir el consumo de sal en un 30 por ciento, garantizar la presencia en el mercado de medicamentos esenciales para el manejo de las enfermedades no transmisibles. 

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