Etan Platz, el trágico final del niño símbolo de los jóvenes desaparecidos . Redacción BBC Mundo


El rostro de Etan Patz sonriendo y rodeado de su cabello liso obsesionó a los estadounidenses durante la década de los '80.

Y esto se debió al hecho de que fue uno de los primeros niños desaparecidos cuyas fotos eran colocadas en los cartones de leche, en lo que para ese entonces era una novedosa campaña para dar a conocer a nivel nacional casos de este tipo.
Etan fue quizás el rostro que ayudó a lanzar el movimiento nacional para alertar sobre jóvenes desaparecidos.

Incluso su caso particular erizó las pieles de millones de estadounidenses por las circunstancias en que ocurrieron los hechos.

Por primera vez sus padres permitían al niño de seis años ir solo a la parada para ser recogido por el autobús escolar.

Ocurrió en 1979, en el vecindario del barrio neoyorquino de Soho, cuando la zona era habitada por gente de clase media-baja.

Etan Patz nunca abordó el transporte amarillo, nadie lo vio, jamás regresó a casa.
A casi 33 años de la desaparición, sus padres parecen estar viendo el final del capítulo más terrible de sus vidas.
Julie y Stanley Patz aún viven en la misma casa y tienen el mismo número de teléfono con la esperanza de que su hijo sepa regresar.
Esa posibilidad parece haberse desvanecido definitivamente.

El presunto homicida

Pedro Hernández, del barrio Maple Shade, en Nueva Jersey, confesó esta semana que mató a Etan.
El sujeto de 51 años, que ya fue arrestado, dijo a la policía que engañó al niño ofreciéndole una bebida con el fin de estrangularlo hasta matarlo en el sótano de una bodega donde trabajaba muy cerca de la parada de autobús.
Luego -asegura- introdujo su cuerpo en una bolsa y lo dejó tirado en un callejón lleno de desperdicios.
Hernández es el primer sospechoso que es arrestado en más de 30 años en conexión con la desaparición de Etan Patz.
"Como padre, simplemente no puedo imaginar por lo que han pasado y espero que estemos un paso más cerca de darles alguna forma de alivio"
Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York.

Hace apenas un mes una nueva pista había desempolvado el caso. La policía estuvo durante varios días rompiendo el piso de concreto de un sótano cerca de la parada de autobús. Su cuerpo no fue hallado.
Sin embargo, esta operación cubierta ampliamente por los medios de comunicación, hizo que alguien llamara al departamento de niños desaparecidos de la policía de Nueva York.

La llamada telefónica logró dar con Hernández, quien finalmente confesó.
Según el comisionado de la policía de Nueva York, Raymond W. Kelly, un familiar de Hernández fue el que hizo la llamada. En ella le dijo a las autoridades que escuchó al presunto homicida decir una vez que él había matado a un niño en Manhattan.

Aún se desconoce si la policía ha podido corroborar con evidencia categórica lo dicho por Hernández, lo que podría hacer muy cuesta arriba demostrar una acusación de homicidio.

"El hecho de que (Hernández) le ha contado eso a otros en el pasado y los detalles de lo que ha dicho en la confesión" hacen creíble la declaración, dijo Kelly a los periodistas.

Hernández ya ha sido acusado de homicidio en segundo grado.
El presunto homicida, que lloró durante toda la confesión, dijo que Etan ya estaba esperando el autobús en la parada cuando lo engañó para luego matarlo.